sábado, 6 de noviembre de 2010

Los cantos (BERTOLT BRECHT)

¡Sepárense los cantos de todo lo demás!
A través del emblema de la música, del cambio de luces,
del título y las imágenes que anuncian
que el arte hermano entra ya
a escena. El actor se convierte en cantante.
En otra postura, los personajes de siempre de la obra
están frente al público pero ahora son
confidentes del dramaturgo.
Nana Callas, la hija cabeza redonda del arrendatario,
traída del mercado como una gallina,
canta la canción del cambio de señores,
incomprensiblemente sin meneos de cadera
medida de comercio que su vergüenza ha cicatrizado.
E incomprensiblemente en el canto de la cantinera
sobre la gran capitulación,
la cólera del dramaturgo no iguala
a la cólera de la cantinera.
Pero el seco Iván Vesotchikov,
el trabajador bolchevique, canta
con la voz metálica de las clases no cultivadas,
y la amistosa Vlasova, la madre,
refiere en el canto, con única y cautelosa voz,
que la bandera de la razón es roja.

No hay comentarios:

Publicar un comentario