El misántropo a la Humanidad:
- Siento que hay en el hombre un ser que decidió emprender una batalla, y
se ha lanzado. Guerreros que aún no se han puesto todos sus colores, pero que
saben cuales tienen.
Siento en ustedes humanos, seres que se desenvuelven en su mundo singular
exigiéndose. Hay formas de ubicarse en la esquina del Mundo, en la que sentimos
nuestro poder, en donde nos desplegamos y no renunciamos a ser críticos del
mundo que no nos gusta, pero podemos tejer el destino del que nos gusta.
Eres un humano tan exigente que no ve todas las personas que a su alrededor
están dispuestas a trabajar para su mundo y se señalan como solos, cuando en
realidad no lo están; pero, que sabe distinguir singularidades aunque no las
aprovecha para la construcción que quiere.
Veo un hombre que ha explorado con su pensamiento y con su cuerpo de manera
sincera y franca, pensando en encontrar caminos, sin darse cuenta que los
caminos propios antes de encontrarse se hacen, desconociendo que la historia
del Universo se ha hecho sobre intentos, uno tras otro, no fue de otra forma
que la vida surgió y que se perpetúa.
Siento un ser humano joven o anciano, que no quiere darle significado
heurístico a sus experiencias y fatalmente las llama errores, un humano joven o
anciano, hermoso por dentro y por fuera, que insiste en negarle su reflejo a
los espejos, a los ojos que lo ven con amor, un humano que insiste en una
espera, en la espera del comienzo de su destino, y el comienzo del destino no
vuelve, porque es como un barco que anhela olas, brisas, espumas y nuevas
tierras, y tú humano, por estar en la espera, te estás perdiendo de las
singladuras que ofrece la vida para crecer, surgir y ser diferente y desafiar
la construcción de un mundo diferente, porque tú humano, no eres ordinario, ni
plebe, el producto es de tus manos y de tú mente. El Mundo que pisas te
necesita, más aún lo demanda...para ser mejor. No quieres entender, que una
parte del mundo te extraña, te pide a gritos, te requiere en la batalla, pero
tú hombre, necesitas resolver un par de asuntos para responder al llamado.
Finalmente, yo veo un humano, que se ha lanzado al mundo a resolver sus
asuntos, que tiene derecho a trastabillar y a devolverse, pero de cualquier
manera no le luce el abandono.
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