lunes, 23 de enero de 2012

El silencio (Andrés Caicedo)



    Lo que estábamos viendo ya lo sabíamos
        perfectamente,
            Era tu fin. No nos importaba nada más...
        Sólo eso: tu fin.
            Veíamos todo pero callábamos. Eso era lo
        peor: callábamos.
            Pero en nuestro silencio comprendíamos
    que se nos iba algo de la vida.
        Yo y él
        El y yo
        Nosotros y ellos
        Todos.
        Es que sabes una cosa?
        Te llegamos a odiar terriblemente, ya no queríamos creer en ti.
        Ni en tus palabras.
        Recuerdas cuando nos encontraste?
        Éramos unas personas que trataban de encontrar la felicidad que
    prometía la vida en cualquier luciérnaga de apestosa esperanza y fe...
        Todas falsas. No teníamos nada en que depositar nuestras creencias,
    no podíamos confiar en nadie, por que a nada encaminábamos nuestros actos.
        Y nos encontraste. Quisiste librarnos de ese peso, de ese estúpido significado de la vida. Creímos en ti y te seguimos. Ideal, Aceptamos de buena gana tus mensajes. En ti veíamos la verdadera esperanza de nuestras existencias.
        Eras
        Nuestra estatua
        Preferida.
        Llegó el momento en que casi conocimos la felicidad, y te llegamos a
    idolatrar, Ideal. Ya el culto que te rendíamos no era como el de una
    simple y falsa misa; por ti hubiéramos llegado a la idolatría para después vencerla con el idealismo; alcanzábamos lo que nos proponíamos, y por
    eso amábamos. Por que el hombre nunca odia ni consigue todo lo que
    ha soñado hacer... Pero si sólo recibe desengaños odia con todas sus fuerzas.
        Claro, tenía que llegar. Después de todo, esta vida es bonita o no es bonita, eso depende.
        Y nosotros optamos por lo segundo, sabes por qué? Porque nos
    dimos cuenta que nos habías engañado... que ya tu presencia nos
    recordaba el día que el desengaño de nuestros propósitos nos golpeó
    en la jeta.
        Sí, Ideal... La vida nos había golpeado. Nos dimos cuenta que ya
    no podríamos alcanzar nuestros propósitos...Es muy sencillo, ni te das cuenta? Por eso, sencillamente por eso, Te odiamos. Si, tal vez te traicionamos, porque olvidamos tu enseñanza, ignoramos nuestro oficio
    en el mundo, nuestra búsqueda por la inexistente esperanza... dejamos
    todo eso para acabarnos en el maldito tedio, eso era lo único que encontrábamos,
        Por eso
        En parte tenías razón
        Pero no debiste dejarnos solos.
        Y si te dijera que después te buscábamos?
        Y si te dijera que te llamábamos a gritos y que te suplicábamos que aparecieras y que vinieras de nuevo a darnos un consuelo en nuestra
    maldita vida?
        !Ideal! !Ideal! !Ideal! !Ideal! !Ideal!
        Maldita sea. Por qué no aparecías?
        Llegó el día en que nos cansamos de buscarte, Ideal. No, no te hagas ilusiones...
        Te odiábamos pero te considerábamos necesario, solo eso.
        Entonces nos dimos cuenta que lo mejor era perseguirte y acabar contigo.
        Para que tu presencia se perdiera, y así poder vivir nosotros en paz
        Sin recordarte
        ! uno
        dos y tres
        otra vez !
        Necesitábamos matarte, Ideal...Era necesario
        Ahora escribo esto para recordarte, para poder escribir nuevamente
    tu palabra cinco veces:
     
        1. Ideal
        2. Ideal
        3. Ideal
        4. Ideal
        5. Ideal    Ya no existes, Ideal. Tal vez vivamos felices, no podría decirlo.
        Sería igual asegurar que uno -a uno y que dos es igual dos mas d o
    dds dos. Por eso, porque no existes, no nos preocupamos de nada.
    No tenemos propósitos, dejamos que todo nos suceda porque sí...
    No por que nosotros estemos interesados en que pase
        Por eso, porque no
                                    Existes
                                                Existirás
                                                Exististe.    Pero, amls
        Pero, mansdd
        Pero, malsd
        Pero, maldiss
        Pero, Mald
        Pero, Maldito Ideal
        Por qué no acudiste a nuestro llanto?
     

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