A los espacios entregarme quiero
Donde se vive en paz, y con un manto
De luz, en gozo embriagador henchido,
Sobre las nubes blancas se pasea,—
Y donde Dante y las estrellas viven.
Yo sé, yo sé, porque lo tengo visto
En ciertas horas puras, còmo rompe
Su cáliz una flor,— y no es diverso
Del modo, no, con que lo quiebra el alma,
Escuchad, y os diré: —viene de pronto
Como una aurora inesperada, y como
A la primera luz de primavera
De flor se cubren las amables lilas...
Triste de mí: contároslo quería
Y en espera del verso, las grandiosas
Imágenes en fila ante mis ojos
Como águilas alegres vi sentadas.
Pero las voces de los hombres echan
De junto a mí las nobles aves de oro:
Ya se van, ya se van: ved còmo rueda
La sangre de mi herida.
Si me pedís un símbolo del mundo
En estos tiempos, vedlo: un ala rota.
Se labra mucho el oro, el alma apenas!—
Ved còmo sufro: vive el alma mía
Cual cierva en una cueva acorralada:—
Oh, no está bien:
me vengaré, llorando!
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