sábado, 25 de diciembre de 2010

Hombre que mira al cielo (Mario Benedetti)

Mientras pasa la estrella fugaz 
acopio este deseo instantáneo 
montones de deseos hondos y prioritarios 
por ejemplo que el dolor no me apague la rabia 
que la alegría no desarme mi amor 
que los asesinos del pueblo se traguen 
    sus molares caninos e incisivos 
    y se muerdan juiciosamente el hígado 
que los barrotes de las celdas 
    se vuelvan de azúcar o se curven de piedad 
    y mis hermanos puedan hacer de nuevo 
    el amor y la revolución 
que cuando enfrentemos el implacable espejo 
    no maldigamos ni nos maldigamos 
que los justos avancen 
    aunque estén imperfectos y heridos 
que avancen porfiados como castores 
    solidarios como abejas 
    aguerridos como jaguares  
y empuñen todos sus noes 
    para instalar la gran afirmación 
que la muerte pierda su asquerosa puntualidad 
que cuando el corazón se salga del pecho 
    pueda encontrar el camino de regreso 
que la muerte pierda su asquerosa 
    y brutal puntualidad 
    pero si llega puntual no nos agarre 
    muertos de vergüenza 
que el aire vuelva a ser respirable y de todos 
y que vos muchachita sigas alegre y dolorida 
    poniendo en tus ojos el alma 
    y tu mano en mi mano
y nada más 
porque el cielo ya está de nuevo torvo 
    y sin estrellas 
con helicóptero y sin dios 

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