Saraha es el fundador del Tantra así como Bodhidharma es el fundador del  Zen.   
Si yo tuviera que contar con mis dedos, cinco de los factores de la  humanidad, sería uno de ellos.  
Saraha nació en Vidarbha, en Maharashtra, muy cerca de Poona. Era hijo de un  brahmin erudito que estaba en la corte del rey Mahapala... El rey estaba  dispuesto a dar su propia hija a Saraha, pero Saraha quería renunciar,  quería ser sannyasin. El se hizo discípulo de Sri Kirti, un budista.  Lo primero que Sri Kirti le dijo a Saraha fue que dejara todos los vedas,  que dejara atrás toda su sabiduría.  
Los años pasaron y Saraha se transformó en un gran meditante. Un día, cuando  estaba meditando, tuvo la visión de una mujer que estaba en el mercado, que  iba a ser su verdadera maestra. Sri Kirti lo había puesto justo en el  camino, pero la verdadera enseñanza iba a venir de una mujer. Entonces le  dijo a Sri Kirti: `Tú has limpiado mi pizarra, ahora estoy listo para hacer  la otra mitad de mi trabajo`. Y partió con las bendiciones de Kirti, que  estaba feliz.  
Encontró a la mujer de su visión en el mercado. Ella estaba haciendo un  arco. Se dedicaba a hacer arcos. Era una mujer de clase baja, de casta baja.  Para Saraha, que era un brahmin erudito que había pertenecido a la corte del  rey, ir a una mujer que se dedicaba a hacer arcos, era simbólico. El erudito  tiene que ir a lo vital, el plástico tiene que ir a lo real.  
Vio a esta mujer, una mujer joven, llena de vida, radiante de vida, que  estaba cortando el eje del arco, totalmente absorta en lo que estaba  haciendo. El inmediatamente sintió algo extraordinario en su presencia...  estaba absolutamente abstraída en su acción.  
Saraha la miró atentamente. Una vez que el arco estuvo listo, la mujer  cerrando un ojo y abriendo el otro, asumió la postura de estar apuntando a  un objetivo invisible, a un blanco invisible...  
Y algo sucedió, algo como una comunión. En ese preciso momento, el  significado espiritual de lo que ella estaba haciendo, se le representó a  Saraha. El no la vio por mirar a la derecha, ni por mirar a la izquierda. El  había escuchado tantas veces, él había oído, pensado, discutido con otros  acerca de ésto: que estar en el centro es lo correcto, y ahora por primera  vez, lo vio en acción y estaba tan absolutamente abstraída, tan totalmente  en la acción, que comprendió claramente este mensaje budista: ser total en  la acción es estar totalmente libre en la acción. Sé total y serás libre.  La belleza, la luminosidad de la mujer vino por su total abstracción. Por  primera vez él entendió que la meditación no era sentarse por un tiempo  especial y repetir un mantra; tampoco ir a la iglesia o al templo o a la  mezquita, sino estar con vida, continuar haciendo cosas triviales, pero con  tal abstracción, que la profundidad es revelada en cada acción. El lo podía  sentir, incluso lo podría haber tocado...  
Saraha se transformó en un tantrika bajo la guía de la mujer arquera, un  discípulo y un maestro. Es un romance de amor del alma. Saraha había  encontrado su compañera del alma. Ellos encontraron un amor tremendo, un  amor grande, que rara vez sucede en la tierra. Ella le enseñó Tantra...  Saraha primero tuvo que dejar los vedas, las escrituras, el conocimiento.  Ahora dejó incluso la meditación. Ahora la celebración era su estilo de vida  total.  
Saraha y la mujer que hacía arcos fueron a un campo de cremación y vivieron  juntos. Vivir en un campo de cremación y celebrar, vivir dónde sólo la  muerte ocurre y vivir felices. Si tú puedes ser feliz, si tú puedes celebrar  allí, entonces la felicidad radiante ocurre en ti. Ahora es incondicional.  El juego entró en el ser de Saraha y a través del juego, la verdadera  religión nació. 

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