Qué le vamos a hacer
si uno le reza a Dios
y es ateo.
Cómo podemos remediar
el hecho de ser
un dado que de tanto lanzarlo,
día a día
se lima más en sus esquinas.
A quién responderle,
si aún se confía en el agua
que en el vaso se derrama
y se escribe para ahuyentar
la promiscua soledad de los hoteles.
Qué le vamos a hacer
si las palabras resultan lujuriosas
y no nos obedecen. Inventando
mitologías, mientras otros, más cautos,
hablan de amor a escondidas en los ascensores
y trotan en los parques buscando, incesantemente,
la eternidad.
Cómo podemos remediar
el hecho cierto
de que la felicidad, a veces,
se me parece a tus ojos
y yo a un papagayo sujeto
a los antojos de la intemperie.
si uno le reza a Dios
y es ateo.
Cómo podemos remediar
el hecho de ser
un dado que de tanto lanzarlo,
día a día
se lima más en sus esquinas.
A quién responderle,
si aún se confía en el agua
que en el vaso se derrama
y se escribe para ahuyentar
la promiscua soledad de los hoteles.
Qué le vamos a hacer
si las palabras resultan lujuriosas
y no nos obedecen. Inventando
mitologías, mientras otros, más cautos,
hablan de amor a escondidas en los ascensores
y trotan en los parques buscando, incesantemente,
la eternidad.
Cómo podemos remediar
el hecho cierto
de que la felicidad, a veces,
se me parece a tus ojos
y yo a un papagayo sujeto
a los antojos de la intemperie.
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