jueves, 5 de abril de 2012

AFORISMOS

1. Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino. (Grabiela Mistral)

2. Ese jardín encantado quizá haya sido para el niño feliz, el que está descubriendo el mundo. Pero quise sacar a luz también al niño infeliz, al niño melancólico. Yo le digo a la gente, ¿tu niño está triste? Déjalo estar, está creciendo. Pequeñas memorias tiene un epígrafe que dice "déjate llevar por el niño que has sido". Tengo tan presente a ese niño como si yo fuera por ahí llevado por él, de la mano. (José Saramago)

3. Quizá la obra educativa que más urge en el mundo sea la de convencer a los pueblos de que su mayores enemigos son los hombres que les prometen imposibles. (Maeztu de Ramiro)

4. Los hombres no son nada, los principios lo son todo (Benito Juárez)

5. Vivimos sólo de nuestros pobres, bellos, y magníficos sentimientos, y cada sentimiento que lastimamos es una estrella que apagamos. (Hermann Hesse)

6. La mente creativa ama aún cuando no hay razón para amar, es feliz cuando no hay razón para serlo, crea donde aparentemente no hay posibilidades de crear, y construye un cielo en la desesperación del infierno (
Sangharakshit)
 



7. 
La paz no es solamente la ausencia de la guerra; mientras haya pobreza, racismo, discriminación y exclusión difícilmente podremos alcanzar un mundo de paz. (Rigoberta Menchú)

8. De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación. (Jorge Luis Borges)

9. Los libros son compañeros del solitario, amigos del desamparado, solaz del tedioso, contento del descorazonado y sostén del desvalido. (Orison Swett Marden)

10. La ternura y la amabilidad con los demás no son signos de debilidad o desesperación, sino manifestaciones de fuerza y decisión. (Gibran Kahlil Gibran)

11. Educad a los niños. Educadlos en la tolerancia, en la solidaridad. Transmitirle lo más importante que tenemos: la herencia cultural. (Aldecoa, Josefina 1997)

12. Adquirir el hábito de la lectura es construirse un refugio contra casi todas las miserias de la vida. (
William Somerset Maugham)



13. 
En la medida en que el sufrimiento de los niños está permitido, no existe amor verdadero en este mundo.
(Isadora Duncan)

14. Donde no hay libros hace frío. Vale para las casas, las ciudades, los países. Un frío de cataclismo, un páramo de amnesia. El libro es un seguro de vida, una pequeña anticipación de inmortalidad. (María Elena Walsh)

15. Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños. (Gibran Khalil)

16. Por grandes y profundos que sean los conocimientos de un hombre, el día menos pensado encuentra en el libro que menos valga a sus ojos alguna frase que le enseña algo que ignora. (
Mariano José de Larra)
 

17. 
La tierra no es del hombre, el hombre es de la tierra. Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no la escucha. (Victor Hugo)

18. La verdadera tragedia de los pueblos no consiste en el grito de un gobierno autoritario, sino en el silencio de la gente. (
Martin Luther King)
 

19.
El secreto de la genialidad es el de conservar el espíritu del niño hasta la vejez, lo cual quiere decir nunca perder el entusiasmo. (Aldous Huxley)

20.  La literatura es como un gran almacén. Se guardan en él todas las emociones humanas, nuestros sueños y nuestras preguntas, leer es entrar en ese almacén y tomar lo que necesitamos. El lector devuelve a la vida, a través de la lectura, lo que el escritor tomó de ella para escribir sus libros, con lo que el círculo se cierra. (G. Martín Garzo)

21. Por el grosor del polvo en los libros de una biblioteca pública, puede medirse la cultura de un pueblo. (John Ernest Steinbeck.)

22. Un bello paisaje, una hermosa jornada, un libro selecto... ¿Qué más necesitáis para ser felices? El sol resplandece por dentro. (Grabiela Mistral)

23. El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices. (Oscar Wilde)

24. Los libros son acogedores y nos permiten sobrellevar los exilios de los que se compone cada vida, nos permiten pensarlos, construir nuestras moradas interiores, inventar un hilo conductor para nuestras historias, considerarlas con humor, reescribirlas día a día. Y a veces nos empujan a atravesar océanos, llevados por el deseo y la fuerza de descubrir paisajes, rostros jamás vistos, otras tierras, donde otros encuentros serán quizás posibles. Abramos, por lo tanto, las ventanas; abramos los libros. (Michèle Petit)

25. El que lee mucho y anda mucho; ve mucho y sabe mucho. (
Miguel de Cervantes)

26.
Para educar a un niño hace falta la tribu entera (Proverbio africano)

27. La ternura es la columna central que sostiene la vida. (José Víctor Martínez Gil)

28. Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría. (Proverbio árabe) 

29. Los derechos humanos son sus derechos. Tómenlos. Defiéndanlos. Promuévanlos. Entiéndanlos e insistanen ellos. Nútranlos y enriquézcanlos. . . Son lo mejor de nosotros. Denles vida. (Kofi Annan)

30. Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo. (
Benjamin Franklin)

31. 
La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos. (Henry Van Dyke)

32. El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde. (Gabriela Mistral)

33. El amor es para el niño como el sol para las flores; no le basta pan: necesita caricias para ser bueno y ser fuerte. (Concepción Arenal)

34. El libro es fuerza, es valor, es poder, es alimento; antorcha del pensamiento, y manantial del amor. (Rubén Darío)

35. Sea lo que sea que puedas o sueñes que puedas, comiénzalo. Atrevimiento posee genio, poder y magia. Comiénzalo ahora. (Goethe)

36.La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejarla libre para que se desarrolle (Maria Montessori)

37. La máquina del tiempo está hecha de palabras: se llama "literatura". La palabra nos transporta a través del tiempo: nos hace viajar por mundos que ya no existen. (Rubem Alves)

38. La cultura... esa gran desconocida en un país dominado por "sálvame". (Martin Bermejo Domínguez)

39. Nunca sabrás lo lejos que puedes llegar, hasta que no despliegues tus alas. (Mario Alonso Puig)

40. El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano (Platón)

41. El libro es la célula más importante del cerebro de la Humanidad, donde ésta va acumulando, de generación en generación, lo más valioso de su experiencia. (José Antonio Ramos y Aguirre)

42. No se plantan semillas de comida, se plantan semillas de bondades. Traten de hacer un círculo de bondades, estas los rodearan y los harán crecer más y más. (Irena Sendler)

43. La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días. (Benjamin Franklin)

44. Nunca tuve una tristeza que una hora de lectura no haya conseguido disipar. (Montesquieu)

45. El futuro del mundo pende del aliento de los niños que van a la escuela. (El Tamud)

46. Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre. (Paulo Freire)

47. En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da. (Antonio Machado)

48. La experiencia de la felicidad será importante en la educación cuando la escuela no esté al servicio del sistema productivo o de la infraestructura económica sino al servicio de la Vida. (José María Toro)

49. El gran libro, siempre abierto y que conviene esforzarse en leer, es el de la Naturaleza.(Antonio Gaudí)

50. La utilidad de los libros es que inspiran y ayudan al hombre para entender y descifrar su propio corazón. (Vicente Ferrer)

viernes, 23 de marzo de 2012

A Solas (Ismael Enrique Arciniegas)




¿Quieres que hablemos? Está bien empieza:
  Habla a mi corazón como otros días…
¡Pero no!… ¿qué dirías?
¿Qué podrías decir a mi tristeza?
…No intentes disculparte: ¡todo es vano!
Ya murieron las rosas en el huerto;
el campo verde lo secó el verano,
  y mi fe en ti, como mi amor, ha muerto.
Amor arrepentido,
ave que quiere regresar al nido
al través de la escarcha y las neblinas;
amor que vienes aterido y yerto,
  ¡donde fuiste feliz… ¡ya todo ha muerto!
No vuelvas… ¡Todo lo hallarás en ruinas!
¿A qué has venido? ¿Para qué volviste?
¿Qué buscas?… Nadie habrá de responderte!
Está sola mi alma, y estoy triste,
inmensamente triste hasta la muerte.
Todas las ilusiones que te amaron,
las que quisieron compartir tu suerte,
mucho tiempo en la sombra te esperaron,
y se fueron… cansadas de no verte.
Cuando por vez primera
en mi camino te encontré, reía
en los campos la alegre primavera…
todo era luz, aromas y armonía.
Hoy todo cuán distinto… Paso a paso
y solo voy por la desierta vía.
?Nave sin rumbo entre revueltas olas-
pensando en la tristeza del ocaso,
y en las tristezas de las almas solas.
En torno la mirada no columbra
sino esperanzas y páramos sombríos;
los nidos en la nieve están vacíos,
y la estrella que amamos ya no alumbra
el azul de tus sueños y lso míos.
Partiste para ignota lontananza
cuando empezaba a descender la sombra.
…¿Recuerdas? Te llamaba mi esperanza,
¡pero ya mi esperanza no te nombra!
¡No ha de nombrarte!…¿para qué?… Vacía
está el ara, y la historia yace trunca.
¡Ya para que esperar que irradie el día!
¡Ya para que decirnos: Todavía,
Si una voz grita en nuestras almas: ¡Nunca!

lunes, 19 de marzo de 2012

Carta de Martín Heidegger a Hannah Arendt


¡Queridísima!
Gracias por tu carta. Si solamente pudiera decirte cómo soy feliz contigo, acompañándote mientras tu vida y mundo se abren de nuevo. Puedo ver apenas cuánto has entendido y cómo todo es providencial.
Nadie aprecia jamás la experimentación consigo mismo, por esa circunstancia, todos los compromisos, técnicas, moralización, escapismo y cerrazón puede inhibir y torcer la providencia de Ser.
Esta distorsión gira en torno a cómo, a pesar de todos nuestros sustitutos para la “fe”, no tenemos ninguna fe genuina en la existencia en sí misma, y no entendemos cómo sostener cosa como esa por nosotros mismos.
Esta fe en la providencia no excusa nada, y no es un escape que me permitirá terminar conmigo de una manera fácil. Solamente esa fe –que como fe en el otro es amor- puede realmente aceptar al “otro” totalmente.
Cuando vi que mi alegría en ti es grande y en crecimiento, eso significó que también tengo fe en todo lo que sea tu historia.
No estoy erigiendo un ideal, aún menos estaría tentado jamás a educarte, o a cualquier cosa que se asemeje a eso.
Por suerte, a ti, como eres y seguirás siendo con tu historia, así es como te quiero. Sólo así es el amor fuerte para el futuro y no sólo el placer efímero de un momento. Sólo entonces es el potencial del “otro” también movido y consolidado por las crisis y las luchas que siempre se presentan.
Pero tal fe también se guarda de emplear mal la confianza del “otro” en el amor. Amor que pueda ser feliz en el futuro ha echado raíz. El efecto de la mujer y su ser es mucho más cercano a los orígenes para nosotros los hombres, menos transparentes, por lo tanto, providencial pero más fundamental.
Tenemos un efecto solamente en cuanto somos capaces de dar. Si el “regalo” es aceptado siempre inmediatamente o en su totalidad, es una cuestión de poca importancia. Y nosotros, cuanto mucho, sólo tenemos el derecho de existir si somos capaces de que nos importe.
Nosotros podemos dar solamente lo que pedimos de nosotros mismos. Y es la profundidad con la cual yo mismo puedo buscar mi propio Ser, que determina la naturaleza de mi ser hacia otros.
Y ese amor es la herencia gratificante de la existencia, que puede ser. Y así es que la nueva paz se desprende de tu rostro, el reflejo no de una felicidad que flota libremente, pero sí de la resolución y la bondad en las cuales tú eres enteramente tú.
Tu Martin

jueves, 1 de marzo de 2012

Vida (Charles Chaplin)



Ya perdoné errores casi imperdonables. 
Trate de sustituir personas insustituibles, 
de olvidar personas inolvidables.

Ya hice cosas por impulso.

Ya me decepcioné con algunas personas ,
mas también yo decepcioné a alguien

Ya abracé para proteger .
Ya me reí cuando no podía .
Ya hice amigos eternos.
Ya amé y fui amado pero también fui rechazado.
Ya fui amado y no supe amar.

Ya grité y salté de felicidad.
Ya viví de amor e hice juramentos eternos,
pero también los he roto y muchos.

Ya lloré escuchando música y viendo fotos .
Ya llamé sólo para escuchar una voz .

Ya me enamoré por una sonrisa.
Ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia y ...

Tuve miedo de perder a alguien especial
(y termine perdiéndolo) ¡¡
pero sobreviví !!
Y todavía vivo !!
No paso por la vida.

Y tú tampoco deberías sólo pasar ...
VIVE!!!

Bueno es ir a la lucha con determinación
abrazar la vida y vivir con pasión.

Perder con clase y vencer con osadía,
por que el mundo pertenece a quien se atreve
y la vida es mucho más para ser insignificante.

domingo, 19 de febrero de 2012

Soneto a Cristo crucificado (Anónimo)


No me mueve, mi Dios, para quererte 
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.


Han sido muchos los intentos de atribución de este soneto a uno u otro autor, sin que la crítica se haya sentido suficientemente comprometida a corroborar una autoría, falta de argumentos probatorios suficientes. San Juan de la Cruz, santa Teresa, el P. Torres, capuchino, y el P. Antonio Panes, franciscano perteneciente a la Provincia de Valencia, figuran entre otros de probabilidad más dudosa. La atribución a los dos carmelitas responde al tema del amor desinteresado, que anticipa la mística franciscana, de donde bebe santa Teresa, al menos. El estilo que muestra el soneto, rico en juegos formales, no nos recuerda la riqueza imaginativa que singulariza al de Fontiveros, ni el más simple y llano de la santa abulense. Consta, además, en cartas que conserva la Orden, que antes de las fechas en que vive el P. Torres, los misioneros franciscanos enseñaban este soneto y el Bendita sea tu pureza, del P. Panes, a sus indios americanos, como oraciones cotidianas de la propia devoción seráfica.
El soneto, por su perfecta factura, figura como modélico en todas las antologías que se precien, desde que lo incluyó en la suya de las Cien Mejores Poesías de la lengua castellana don Marcelino Menéndez Pelayo.
Nunca el amor a Cristo crucificado había alcanzado tal grado de pureza e intensidad en la sensibilidad de la expresión poética. En fechas en que la superficialidad cifraba en el temor al destino dudoso del hombre en el más allá, la moción de la piedad popular, este poeta acierta a olvidar premios y castigos para suscitar un amor que, por verdadero, no necesita del acicate del correctivo interesado, sino que nace limpio y hondo de la dolorosa contemplación del martirio con que Cristo rescata al hombre. Esa es la única razón eficaz que puede mover a apartarse de la ingratitud del ultraje a quien llega a amarte de manera tan extrema.
Concluido el desarrollo del tema en el espacio de los dos cuartetos, trazada la preceptiva línea de simetría armoniosa que distingue y define la bondad del soneto clásico, vuelven a retomar el desarrollo temático las dos estrofas restantes, mediante cambios sintácticos que encadenan sucesivas concesiones ponderativas, tendentes a reforzar de manera excluyente y convencida el propósito de amar a Cristo por encima de cualquiera otra consideración espúrea y cicatera.
El estilo es directo, enérgico, casi penitencial por lo desnudo de figuras y recursos ornamentales. No es la belleza imaginativa del lenguaje lo que define a este soneto, sino la fuerza con que se renuncia a todo lo que no sea amar a cuerpo descubierto a quien, por amor, dejó destrozar el suyo. El lenguaje, renunciando a los afeites del lenguaje figurado, se atiene y acopla, en admirable conjunción, desde la forma recia y musculosa, a la mística desnudez del contenido. (Fr. Ángel Martín, o.f.m.)

El Diablo Tranquilizado (E.M Cioran)




¿Por qué Dios es tan incoloro, tan débil, tan mediocremente pintoresco? ¿Por qué carece de interés, de vigor y de actualidad y se nos parece  tan poco? ¿Existe una imagen menos antropomórfica y más gratuitamente lejana? ¿Cómo hemos podido proyectar sobre él resplandores tan pálidos y fuerzas tan claudicantes? ¿A dónde han fluido nuestras energías, en dónde se  han vertido nuestros deseos? ¿Quién ha absorbido entonces nuestro superávit de insolencia vital? ¿Nos volveremos hacia el Diablo? Pero no sabríamos dirigirle oraciones: adorarle sería rezar introspectivamente, rezarnos a nosotros. No se ora a la evidencia: lo exacto no es objeto de culto. Hemos colocado en nuestro doble todos nuestros atributos y, para realzarle con un semblante de solemnidad, le hemos vestido de negro: nuestras vidas y nuestras virtudes, de luto. Dotándole de maldad y de perseverancia, nuestras cualidades dominantes, nos hemos agotado para volverle tan vivo como sea posible; 
nuestras fuerzas se han consumido en forjar su imagen, en hacerla de arcilla, saltarina, inteligente, irónica y, sobre todo, mezquina. Las reservas de energías con las que contábamos para forjar a Dios se reducían a nada. 

Entonces recurrimos a la imaginación y a la poca sangre que nos quedaba: Dios no podía ser sino el fruto de 
nuestra anemia: una imagen tambaleante y raquítica. Es bueno, suave, sublime, justo. Pero,  ¿quién  se  reconoce  en  esa  mezcla  fragante  de  agua  de  rosas  relegada  en  la trascendencia? Un ser sin doblez carece  de profundidad y de  misterio; no esconde nada. Sólo la impureza es signo de realidad. Y si los santos no carecen completamente de interés, es que su sublimidad se mezcla con la novela y su eternidad se presta a la biografía; sus vidas indican que han abandonado el mundo por un género susceptible de cautivarnos de vez en cuando... Porque rebosa vida, el Diablo no tienen ningún altar: el hombre se reconoce demasiado en él para adorarle; le detesta a sabiendas;  se repudia y cultiva los atributos indigentes de Dios. Pero el Diablo no se queja y no aspira a fundar una religión: ¿no estamos nosotros aquí para precaverle de la inanición y el olvido?



Emile Cioran (1949) Brevario de la Pobredumbre. Pp 16-17

sábado, 18 de febrero de 2012

La conversión (Renato Leduc)




Pensamos que ya era tiempo de ser románticos,
y entonces
confeccionamos un paisaje ad-hoc,
saturado del más puro idealismo,
y barnizamos la luna
de melancólico color.

Adquirimos también
una patria y un dios
para los usos puramente externos
del culto y del honor.

(Vertimos por la patria
medio litro de sangre;
comulgamos con ruedas de molino
por el amor de Dios.)

¡Ah!… y teníamos una dama
propia para el corazón.
Usaba las manos blancas,
un albo cuello de cisne
y los ojos insolubles
a la temperatura del alcohol.
Era una dama Capuleta,
hábil para charlar en el balcón.

Naturalmente, Chopin
y algunas otras cosas similares,
nos hicieron llorar más de una vez,
pero justificamos nuestro llanto
con el capcioso: ¿Quién que es, no es?
Y otras veces
llorábamos también por la exquisita
banalidad de nuestra vida
ida.
Cuando
vicios, virtudes y personas notables
bailoteaban
sobre la cuerda de nuestra ironía,
como muchachos locos, en la escuela,
o como tiples en la pasarela.

Y al fin fuimos cristianos
por esnobismo.
Necesitábamos precisamente
algún egregio sembrador de dudas
y en un baile de máscaras
la rubia Magdalena nos presentó a Jesús.

Y sucedió, porque al atardecer
las pasiones jocundas acallaron
su estentóreo fulgor de dinamita.
Éramos mansos de corazón
y la carne del Cosmos era de una
estupenda belleza hermafrodita.

Estoy herido por un ser (Robert Sabatier)


Estoy herido por un ser y sé
que su herida es hermana de la mía.
Sólo puedo esperar y subsistir
sin cuidarlo pues yo soy su veneno.
No podremos ya nunca liberarnos
de una amenaza absurda que nos une.
Yo soy amor y hago surgir su odio,
y si yo fuera odio él también lo sería.
Con este malvivir tengo que contentarme
y buscar mi socorro en las palabras,
esperar, esperar y guardar mi tristeza
como un impedimento a mi ardiente suicidio.

De "Los venenos deleitados". Versión de Enrique Moreno Castillo

Felices los Normales (Roberto Fernandez Retamar)


Felices los normales, esos seres extraños.
Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente,
Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
Los que no han sido calcinados por un amor devorante,
Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más,
Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
Los satisfechos, los gordos, los lindos,
Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
Los flautistas acompañados por ratones,
Los vendedores y sus compradores,
Los caballeros ligeramente sobrehumanos,
Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,
Los delicados, los sensatos, los finos,
Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.
Felices las aves, el estiércol, las piedras.
Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
Y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos
Que sus padres y más delincuentes que sus hijos
Y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.

Los estatutos del Hombre. (Thiago de Mello)



Artículo 1.
Queda decretado que ahora vale la vida,
que ahora vale la verdad,
y que de manos dadas
trabajaremos todos por la vida verdadera.

Artículo 2.
Queda decretado que todos los días de la semana,
inclusive los martes más grises,
tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo.

Artículo 3.
Queda decretado que, a partir de este instante,
habrá girasoles en todas las ventanas,
que los girasoles tendrán derecho
a abrirse dentro de la sombra;
y que las ventanas deben permanecer el día entero
abiertas para el verde donde crece la esperanza.

Artículo 4.
Queda decretado que el hombre
no precisará nunca más
dudar del hombre.
Que el hombre confiará en el hombre
como la palmera confía en el viento,
como el viento confía en el aire,
como el aire confía en el campo azul del cielo.

Parágrafo único:
El hombre confiará en el hombre
como un niño confía en otro niño.

Artículo 5.
Queda decretado que los hombres
están libres del yugo de la mentira.
Nunca más será preciso usar
la coraza del silencio
ni la armadura de las palabras.
El hombre se sentará a la mesa
con la mirada limpia,
porque la verdad pasará a ser servida
antes del postre.

Artículo 6.
Queda establecida, durante diez siglos,
la práctica soñada por el profeta Isaías,
y el lobo y el cordero pastarán juntos
y la comida de ambos tendrá el mismo gusto a aurora.

Artículo 7.
Por decreto irrevocable
queda establecido
el reinado permanente
de la justicia y de la claridad.
Y la alegría será una bandera generosa
para siempre enarbolada
en el alma del pueblo.

Artículo 8.
Queda decretado que el mayor dolor
siempre fue y será siempre
no poder dar amor a quien se ama,
sabiendo que es el agua
quien da a la planta el milagro de la flor.

Artículo 9.
Queda permitido que el pan de cada día
tenga en el hombre la señal de su sudor.
Pero que sobre todo tenga siempre
el caliente sabor de la ternura.

Artículo 10.
Queda permitido a cualquier persona,
a cualquier hora de la vida,
el uso del traje blanco.

Artículo 11.
Queda decretado, por definición,
que el hombre es un animal que ama,
y que por eso es bello,
mucho más bello que la estrella de la mañana.

Artículo 12.
Decrétese que nada estará obligado ni prohibido.
Todo será permitido.

Kodak paper (Luis Yuseff)


Hay días en que me prohíbo tener amigos. 
Sin embargo tengo amigos. 
Los he amado con el ardor de la pólvora mojada en la garganta. 
Con el delirio del que está viviendo sus últimos días 
y posee sólo algunos pájaros que alimenta entre las manos. 
Cosas sin sentido: Tal vez porque no tienen ya sentido 
las cosas. Y duele como si pegara el rostro al fuego de la lámpara 
donde ardía la mariposa de tus juegos nocturnos. 
De tu llegada a deshora pidiendo un poco de conversación. 
Palabras que sirvieron de consuelo 
para que el deseo no terminara entristeciéndonos. 
Soledad del tercero que podías ser tú. O yo. 
Todo dependía de la habilidad conque desplazabas 
las sombras sobre la cama. 
Cosas que sólo entendemos los dos. Sabes cuánto oprimen. 
Hubiera querido celebrar juntos el año del conejo. 
Bebernos de un golpe las tristezas 
como en los tangos de Contursi. 
Tenerte por sabio y hermoso. Recibirte con la noche 
rezumando en el cristal de la taza 
donde bebías el primer café de la mañana. 
Tenías peces. Cerámicas. Graffitis en las paredes. 
Me imitabas. Uno termina pareciéndose a lo que ama (recuerdas?) 
Cómo temblaba tu voz. 
El plomo de la traición cuajando. Y unas pocas palabras 
para justificar. Palabras que terminaron por confundirnos 
tratando de escribir el nombre de las ciudades 
a las que soñabas (sueñas) partir algún día. 
Groningen. Hamburg. Poznan. Países de hielo. 
Versos que serán de agua entre tus manos. 
Altas cumbres y tú que pedías un poema para el amor 
que hace figuras de barro. 
País de hielo. Miro la fotografía donde posas. 
Llevas mi camisa negra. 
Tratas de hurgar en la lujuria balcánica. 
La punta del deseo. 
El labio que escupa sobre las sábanas tu esperma. 
País de hielo ya nada puedes hacer 
para acabar con los días en que me prohíbo tener amigos.