Tenía voz en ti el universo de las cosas mudas
las esperanza que está sin alas en los nidos
que está bajo tierra no florecida.
Tenía voz en ti el misterio de la tarde
lo que junto a una muerte quiere tornarse vida.
El hilo de hierba bajo hojas podridas.
La risa primera de un niño salvado
al lado de una agonía
en un corredor de hospital.
Ahora, cuando de las altas ramas de los campanarios
cae un repique
y en el corazón se hunde
como un fruto en el campo arado
entonces,
tiene voz tú en mí
con esa nota amplia y sola
que dice los sueños sepultados del mundo
y la oprimida nostalgia de la luz.
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