Tengo miedo de verte necesidad de verte esperanza de verte desazones de verte tengo ganas de hallarte preocupación de hallarte certidumbre de hallarte pobres dudas de hallarte tengo urgencia de oírte alegría de oírte buena suerte de oírte y temores de oírte o sea resumiendo estoy jodido y radiante quizá más lo primero que lo segundo y también viceversa. |
Bienvenidos a la página Literaria de Julie Paola Lizcano Roa. Aquí, podrán encontrar recopilación de textos de todo tipo de literatura, así mismo algunos textos de la creadora de este blog!
sábado, 25 de diciembre de 2010
Viceversa (Mario Benedetti)
Los Formales y el frío (Mario Benedetti)
Quien iba a prever que el amor ese informal se dedicara a ellos tan formales mientras almorzaban por primera vez ella muy lenta y él no tanto y hablaban con sospechosa objetividad de grandes temas en dos volúmenes su sonrisa, la de ella, era como un augurio o una fábula; su mirada, la de él, tomaba nota de cómo eran sus ojos, los de ella. Pero sus palabras, las de él no se enteraban de esa dulce encuesta. Como siempre o como casi siempre la política condujo a la cultura así que por la noche concurrieron al teatro sin tocarse una uña o un ojal ni siquiera una hebilla o una manga y como a la salida hacía bastante frío y ella no tenía medias sólo sandalias por las que asomaban unos dedos muy blancos e indefensos fue preciso meterse en un boliche. Y ya que el mozo demoraba tanto ellos optaron por la confidencia. Extra seco y sin hielo por favor. Cuando llegaron a su casa, la de ella; ya el frío estaba en sus labios, los de él, de modo que ella fábula y augurio le dio refugio y café instantáneos. Una hora apenas de biografía y nostalgias hasta que al fin sobrevino un silencio, como se sabe en estos casos es bravo decir algo que realmente no sobre. El probó: Sólo falta que me quede a dormir. Y ella probó: ¿Por qué no te quedás? y él: No me lo digas dos veces y ella: bueno ¿por qué no te quedás? De manera que él se quedó, en principio a besar sin usura sus pies fríos, los de ella; después ella besó sus labios, los de él, que a esa altura ya no estaban tan fríos. Y sucesivamente así mientras los grandes temas dormían el sueño que ellos no durmieron. |
La culpa es de Uno (Mario Benedetti)
Quizá fue una hecatombe de esperanzas un derrumbe de algún modo no previsto ¡ah! pero mi tristeza sólo tuvo un sentido todas mis intuiciones se asomaron para verme sufrir y por cierto me vieron Hasta aquí había hecho y rehecho mis trayectos contigo hasta aquí había apostado a inventar la verdad pero vos encontraste la manera una manera tierna y a la vez implacable de desahuciar mi amor Con un solo pronóstico lo quitaste de los suburbios de tu vida posible lo envolviste en nostalgias lo cargaste por cuadras y cuadras y despacito sin que el aire nocturno lo advirtiera ahí nomás lo dejaste a solas con su suerte que no es mucha Creo que tenés razón la culpa es de uno cuando no enamora y no de los pretextos ni del tiempo hace mucho, muchísimo que yo no me enfrentaba como anoche al espejo y fue implacable como vos mas no fue tierno ahora estoy solo francamente solo siempre cuesta un poquito empezar a sentirse desgraciado antes de regresar a mis lóbregos cuarteles de invierno con los ojos bien secos por si acaso miro cómo te vas adentrando en la niebla y empiezo a recordarte. |
Ultima noción de Laura (Mario Benedetti)
Usted Martín Santomé no sabe cómo querría tener yo ahora todo el tiempo del mundo para quererlo pero no voy a convocarlo junto a mí ya que aún en el caso de que no estuviera toda muriéndome entonces moriría sólo de aproximarme a su tristeza. Usted Martín Santomé no sabe cuánto he luchado por seguir viviendo cómo he querido vivir para vivirlo porque me estoy muriendo, Santomé. Usted, claro, no sabe ya que nunca se lo he dicho ni siquiera en esas noches en que usted me descubre con sus manos incrédulas y libres usted no sabe cómo yo valoro su sencillo coraje de quererme. Usted Martín Santomé no sabe y sé que no lo sabe porque he visto sus ojos despejando la incógnita del miedo. No sabe que no es viejo que no podría serlo en todo caso allá usted con sus años yo estoy segura de quererlo así. Usted Martín Santomé no sabe qué bien, que lindo dice Avellaneda de algún modo ha inventado mi nombre con su amor. Usted es la respuesta que yo esperaba una pregunta que nunca he formulado usted es mi hombre y yo la que abandono usted es mi hombre y yo la que flaqueo Usted Martín Santomé no sabe al menos no lo sabe en esta espera qué triste es ver cerrarse la alegría sin previo aviso de un brutal portazo. Es raro pero siento que me voy alejando de usted y de mí que estábamos tan cerca de mí y de usted. Quizá porque vivir es eso es estar cerca y yo me estoy muriendo Santomé no sabe usted qué oscura qué lejos qué callada Usted Martín Martín... ¿cómo era? los nombres se me caen yo misma me estoy cayendo usted de todos modos no sabe ni imagina qué sola va a quedar mi muerte sin su vida. |
Táctica y estrategia (Mario Benedetti)
Mi táctica es mirarte aprender como sos quererte como sos. mi táctica es hablarte y escucharte construir con palabras un puente indestructible. mi táctica es quedarme en tu recuerdo no sé como, ni sé con que pretexto pero quedarme en él. mi táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendamos simulacros para que entre los dos no haya telón ni abismos. mi estrategia en cambio es más produnda y más simple mi estrategia es que un día cualquiera no sé como, ni sé con que pretexto por fin me necesites |
Todavia (Mario Benedetti)
No lo creo todavía estás llegando a mi lado y la noche es un puñado de estrellas y de alegría palpo gusto escucho y veo tu rostro tu paso largo tus manos y sin embargo todavía no lo creo tu regreso tiene tanto que ver contigo y conmigo que por cábala lo digo y por las dudas lo canto nadie nunca te remplaza y las cosas más triviales se vuelven fundamentales porque estás llegando a casa sin embargo todavía dudo de esta buena suerte proqu el cielo de tenerte me parece fantasía pero venís y es seguro y venís con tu mirada y por eso tu llegada hace mágico el futuro y aunque no siempre he entendido mis culpas y mis fracasos en cambio se que en tus brazos el mundo tiene sentido y si beso la osadía y el milagro de tus labios no habrá dudas ni resabios te querré más todavía |
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