Erase una vez una niña que dejó de sonreir, aún asi para donde ella iba llevaba una gran maleta donde cargaba sus máscaras, si, sus máscaras, la del amor, la de la confianza, la de la tranquilidad, la de la rabia, la tristeza, todas menos la de la felicidad....las cuales mostraba dependiendo de a donde fuese y como se sintiese, pues desde q perdió la máscara de la felicidad, recorre el mundo paso a paso para encontrarla....
Cuenta la historia que hacia unos años, la niña mantenia puesta su máscara preferida, la de la felicidad, pero un día de otoño, cuando dejaron de crecer las Dalias, la niña nunca mas volvió a sonreir...un granjero cuenta q un día la niña dormia en su habitación, vivía en una casa grande y lujosa kon su papá y su mamá, pero esa noche en especial su madre, al igual que su padre dejaron de respirar , sus cuerpos de desvanecieron en el aire, como humo diluido....es así que al día siguiente al despertase la niña su máscara habia desaparecido, la niña salio corriendo y gritando...mi máscara, mi máscara, quién tiene mi máscara?, me han robado mi máscara, con los ojos llenos de lágrimas, no es hora de ponerme la máscara de la tristeza, explicaba la niña - aún no la deseo....todos en el pueblo miraban asombrados, algunos la ayudaron a buscar su máscara, mientras q otros comentaban que su madre y su padre se la habían arrebatado.....fue así q la niña salió en búsqueda de su madre y su padre, para pedirles la máscara que ellos abusivamente se habian llevado, aun asi la niña no entendia que su madre y su padre la habian abandonado...todos en el pueblo, incapaces de contar la verdad, volvieron a refugiarse en sus casas, en un aglomerado desinterés por lo q sucedia a esa niña que kon tanto llanto en su rostro se alejaba lentamente de su pueblo, pueblo donde habia crecido y donde tanto tiempo nunca habia sentido la necesiad de cambiar su máscara, pues su felicidad no se comparaba con la felicidad que sentian los otros niños del pueblo, quienes de vez en cuando cambiaban sus máscaras....
Transcurridos los años, desde que la niña había dejado su pueblo,aun llevaba su máscara, pues su alma estaba destrozada, y no comprendía el porqué de tantos años y aun no encontraba a su madre y a su padre, se le era difícil comprender y entender esos nuevos sentimientos que sentia cada dia, aún asi le molestaba tener que cambiar sus máscaras a acada momento, para ocultar su sentimientos de tristeza que apoderaban su espíritu...un día mientras caminaba, un hombre de aspecto un poco envejecido, encorbado, de pasos lentos se acercó a esa niña, ofreciendo una serie de varios prductos, fue ahí donde la niña vio algo que alumbraba en el fondo de ese canasto del anciano, era una máscara, la máscara de la FELICIDAD que durante tantos años estaba buscando, pero el anciano pedia mucho por ella, y la niña no tenia dinero para comprarla, sin embargo, aún asi la niña siguió su camino, tal vez alguien mas adelante también venda máscaras y no las cobre tan caro, comentó la niña, mientras secaba sus ojos que habian empezado a humedecerse -
Un día de repente la niña dejó de caminar, miraba su maleta y volvía a recordar una y otra vez cómo habia perdido su máscara de la felicidad, le daba rabia saber que habia sido tan descuidada, por que aun así la felicidad no sólo estaba en contar con sus padres, esa máscara en especial, le permitiría estar bien con ella, con sus actos, con su vida....pero desde q sus padres la abandonaron, ellos mismos se habian encargado de llevarse parte de la vida de ella también; fue asi q surgió la idea de construir su propia máscara de la felicidad, auqnue algunas veces le tallaba, aún asi su vida seria mejor.....la niña dejó de buscar su máscara de la felicidad, construyó su propia máscara , construyó su propia vida, construyó su propio futuro, volvió a su pueblo el cual hacia 15 años habia dejado -obviamente todos sorprendidos- la recibieron....y la niña con su nueva máscara de la felicidad se dio cuenta que la felicidad la hubiese podido construir ella misma, asi como muchos en su pueblo lo hacian....como símbolo de fortaleza....asi termina esta historia, aquel pueblo, con aquella niña quien aprendió a construir su felicidad....
Un gran obstáculo para alcanzar
la felicidad es el prometerse
una felicidad demasiado grande. (Fontenelle)
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