“La educación es el gran motor del desarrollo personal. Es a través de la educación que la hija de un campesino puede convertirse en médico, que el hijo de un minero puede convertirse en jefe de la mina, que un niño de los trabajadores agrícolas pueden llegar a ser el presidente de una gran nación”. (Mandela, N.)
La globalización, a implicado una serie de modificaciones económicas, políticas y culturales para las diferentes sociedades del planeta (nuestro país no se queda atrás), que ha llevado a replantear el papel de las estructuras organizativas, las interacciones sociales, los procesos de producción de bienes y servicios y por supuesto, la educación.
Los procesos educativos, como formas culturales y estructurales de las sociedades, han sido fuertemente tocados por la globalización. Y aquí debemos entender por educación no únicamente la que se imparte en las escuelas, sino también la que concretamos día a día en nuestra sociedad civil y las otras instituciones y medios de comunicación a través del intercambio cotidiano de información, de interacciones, de modos de organizarnos y muy importante, de entender el mundo y nuestro papel en él. Estamos en una nueva y compleja era del capitalismo global, una era que ofrece grandes oportunidades para el dinamismo económico, pero a su vez esta lleva grandes riesgos de insatisfacción en nuestra población, y la educación no se queda atrás, arrasada y afectada por fuertemente por una búsqueda de un “mejor educación” para todos.
Según John Dewey (1902), la escuela debe desarrollar todas las formas posibles de la actividad humana, sin reducirse a ninguna de ellas. Así también, todo saber debe dejar de emanar exclusivamente del maestro, debe ser un proceso de descubrimiento, hallazgo, investigación, cuya fuente sea el interés y tenga una utilidad rápida. La escuela debe funcionar como una comunidad y en un clima de democracia (ésta se encuentra tan vinculada a la educación en la obra de Dewey, que obligó a una reflexión alrededor de los fines que se desean alcanzar), con lo que se obtendría por parte del niño, el desarrollo de los valores que los educadores desean implantar.
La educación del niño no depende exclusivamente de la escuela; la familia como institución social es el escenario educativo de la cotidianeidad que no tiene un método o técnica que guíe el proceso de formación del niño. Su escenario de socialización, de vinculación, de apego y sexualidad generaran las normas de conducta, que por medio de valores fueron adquiridas, esto teniendo en cuenta su responsabilidad que la sociedad y las instituciones le exigen con otros. La educación implica relaciones, principalmente entre un sujeto que enseña (el educador) y un sujeto que aprende (el educando). Tradicionalmente, las expectativas de los adultos frente al niño han sido un modelo único a configurar, un molde deseable por la sociedad que sea competitivo y capaz de enfrentar desafíos por obtener el poder social y económico. Pero casi siempre, olvidamos que al formar a niños competentes estamos formando niños que anulan y descalifican al otro, pasar por encima de otros no es la solución para convivir, esto teniendo en cuenta el concepto de justicia desde la igualdad: educación para todos.
El fenómeno del desplazamiento es una realidad que se ha difundido en nuestro país, cada vez aumenta la desescolarización debido a que los niños de familias inmigrantes por desplazamiento no cuentan con los recursos económicos para acceder a la institución, sin embargo, quienes tienen la oportunidad de acceder a la educación viven la exclusión dentro de la escuela ya que sus costumbres y hábitos no se aceptan dentro de dicha institución. Frente a este fenómeno, se ha hecho muy poco, la globalización exige necesidades para las sociedades, prescindiendo a la cultura, finalmente concluyo con dos interrogantes, ¿la exclusión social se debe a la violencia que ha mantenido la pobreza, en todo sentido, nuestro país? O, ¿por un momento podemos pensar en la globalización como un detonante de la exclusión social frente a la educación?
Referencias:
Brunner, J. (2000): “Globalización y el futuro de la educación: tendencias, desafíos, estrategias”. Santiago de chile.
Dorantes, C. y Matus, G. (2007). La Educación Nueva: la postura de John Dewey. Odiseo, revista electrónica de pedagogía. Recuperado el 29 de octubre del 2010 de: http://www.odiseo.com.mx/2007/07/dorantes-matus-dewey.html