miércoles, 4 de enero de 2012

BATALLA DE PAPEL (Lizkno,J)


"Aquí, frente al espejo, yo, la inevitable: una imagen en               sombras y   toda la soledad multiplicada." - Olga Orozco

Habían transcurrido menos de cinco minutos. Las manos me sudaban. Hacia frio. Mierda que frio. El miedo me invadía hasta las entrañas. Y de repente un hombre con voz un poco gruesa dice: “Señorita Belona por favor siga”. En ese momento el corazón se me aceleró fuertemente y solo pensaba en todo los deberes que tenía pendiente. Era un día atareado. Era jueves y hacía frío. Olía a tierra seca y a muerte. Me paré del asiento donde me encontraba acompañada de mis viejos. Recuerdo sus caras, un poco intranquilas y a la expectativa. Olía a muerte. Al entrar a la habitación sentía varios ojos sobre mí, como si mil personas estuviesen observándome. Un poco extraño y raro. Olía a muerte. Yo intentaba resguardar mi ser un poco quebrantado y triste por la existencia vacía que me acompañaba. Pero fue imposible. Aquel hombre con mirada triste y oscura a la vez; decepcionado, tal vez, por su trabajo dijo: “Lo siento señorita Belona, pero lo único que le puedo recomendar ahora es la hospitalización. Mierda dije para mis adentros. Y él seguía diciendo: ni el mejor terapeuta de este país puede ayudarla ahora”. ¿En verdad nadie me puede ayudar?, pensé. Mierda. El corazón se me desgarro en mil pedazos. Dolía. Olía a muerte. Olía a cementerio. Olía a soledad. Olía a nostalgia. Mierda. El miedo me encalambró hasta los huesos. Me pregunté ¿estoy loca?, ¿él está loco?, ¿el mundo está loco? Mis viejos sorprendidos, intentaban comprender lo que sucedía. Mierda. ¿Estoy loca?, me preguntaba una y otra vez…una y otra vez, ¿estoy loca? Quería a Tommy un viejo amigo que me acompañaba al empezar el atardecer todos los días. Me sentía sola y olía a muerte, como odiaba ese olor. Pero quería a Tommy. Tommy mi viejo amigo, nos conocimos en una noche de esas un poco desoladas y abandonadas por la luna, fumamos marihuana, recuerdo que hablamos toda la noche y luego hicimos el amor hasta extasiarnos, leímos El Verbo ser y luego volvimos a hacer el amor, como si fuera la primera vez que un hombre tocaba una mujer y una mujer tocaba a un hombre. Al amanecer comimos chocolates, luego fuimos a tomarnos unas cervezas y nos recostamos en un parque a mirar el anochecer que se acercaba, fumamos marihuana y dibujamos con nuestros dedos figuras imaginarias al son del viento. Que día, que noches, que atardeceres.
Y ahí me encontraba. Sola. Casi inexistente, desamparada. Olía a muerte. Quería correr, pero era imposible. Estaba amarrada en la locura. Locura impuesta. De repente una frase se me vino a la mente. Surrealismo y Salvador Dalí revoloteaban en mi mente: “Loco no es el que ha perdido la razón, loco es el que lo ha perdido todo, todo menos la razón”. Me alegraba tener en mi mente esta frase, pues dentro de la desesperanza sabía que no había perdido la razón, pero si el todo. Mi vida, mi alegría, mi ser, mi existencia. Todo.

En el camino me sentía como una muñeca de trapo. Una muñeca de trapo abaleada por las luces de la sirena de una ambulancia, el mareo, la noche y el olor azufre. Tenía ganas de cagar diamantes. Cerré los ojos y de pronto me sentí como un árbol atravesado por cuchillos blancos.

El Hospital era triste. En urgencias había un marica que hablaba solo. Tenía la cara de un niño grande atropellado por la vida. Olía a perfume barato que se mezclaba con el olor de huevo cocido. A un lado había una mujer con ojos tristes. Más allá un viejo que olía a popo de perro. También una chica en estado de manía. En todo caso el recinto olía a cementerio, a sangre, a algodón y a muerte. La tarde estaba descompuesta. La tarde se estaba cayendo a pedazos a mí alrededor, como un absurdo juego de dominó.

No venía a un hospital desde la muerte de una amiga que se inyectó whisky en las venas luego de una decepción amorosa. Le dije al enfermero que no me dejara, que estuviera conmigo todo el tiempo y que por favor me dejara leer un libro, claro preciosa toma tu libro, dijo él y entonces me acarició la cabeza suavemente como si mis sueños fueran copos de algodón. El cuerpo. La noche. La locura. Dentro de mi cuerpo una mano invisible y caliente escarbaba y sacaba manojos de luz y silencio. Un hueco negro se estaba abriendo en mi pecho. Pensaba en Tommy. Después llegó un médico y dijo que el asunto era grave, que no me moviera mientras me asignaban una habitación, luego me pregunto que qué trastorno tenia y le dije que de trastornos poco, que si quería le hablaba un poco de grupos de rock, un poco de Oasis, The pink floyd, The Beatles, qué va dijo el médico, el asunto es grave, y entonces miré al enfermero y me dieron ganas de estar con él en una fiesta bailando with or without you, ganas de estar con un vaso de cerveza, con ganas de darle un beso, con ganas de decirle vámonos de aquí y hacemos el amor en la playa, con ganas de estar en sus manos llenas de árboles. Sin embargo, ya estaba muy mal, estaba mareada y el techo se me vino encima, afuera llovía y no me acordaba ya si me llamaba Belona o Euterpe o Minerva, que ridícula me creía diosa, ya no sabía si era viernes o sábado o jueves en la tarde. No sabía si tenía realmente ganas de morirme o ganas de enloquecerme. Todo era una batalla de papel.

Después me llevaron a una habitación y varios médicos con cara de ballenas blancas se me echaron encima, fresco locos les dije, grave asunto dijo uno de ellos y giré la cabeza y en la puerta vi al enfermero que me mandaba un beso con las manos, con la punta de los dedos. Estiré los brazos. Hice todo lo posible por atrapar ese beso invisible que venía hacía mí y creo que lo atrapé porque sentí un calorcito en la palma de las manos cuando lo agarré y mierda volví a mirar hacia atrás y allí estaba el enfermero y me dijo adiós con las manos y deseé no morirme, deseé en ese momento con todas mis ganas ser un ser normal, para decirle ¿oye me quieres?, para cantar junto a él stop crying your heart out en las mañanas de sol, pero en ese momento morí.

Al día siguiente desperté, me dolía la cabeza. La tarde era una prisión de luces amarillas, una prisión con cielo negro y hojas secas. Pensé en Tommy, que se había ido dos semanas atrás. Deseé con todas las ganas del mundo estar con Tommy en algún bar tomando una copa y escuchando algún cuentero. Simplemente estar con Tommy y verlo a través del efecto del alcohol y después salir a la calle, a algún parque y decirle tranquilo yo te amo, tranquilo yo te quiero, tranquilo todo va bien, tranquilo el próximo sábado vamos a cine y vemos esas películas de guerra que tanto te gustan, sólo importa que estemos los dos, luego iremos al parque a ver las estrellas, contaremos las estrellas, soñaremos que estamos en África, en Asia, en Balí, los dos estaremos presentes en el leve perfume de los árboles, y en las mañanas seremos árboles, seremos hojas, seremos el viento, nos desmoronaremos lentamente en las mañanas de lluvia, en las mañanas de sol, y luego cuando pasen los días no tendremos ni las mañanas, ni la lluvia, ni el sol, también llevaremos alcohol y marihuana para ensopar los días, las mañanas y las noches, los minutos, las horas, las hojas, las nubes, el cielo, el aire, las calles, las montañas con alcohol, con ruido, con babas, con sudor. Y luego escribiremos y todo se convertirá en una batalla de papel.
Levantarse. Acostarse. La locura. Las pastas. La Luz. El dolor. Los días. Mis peores días. Esos días llenos de soledades vacías, de horas eternas que pasaban bajo la luz, días que se fueron diluyendo como cubos de hielo. Fueron días asquerosos. Las mañanas siempre olían a funeral. A perro sucio. En las noches se organizaban a todos los locos en una fila para darles sus dosis de anfetaminas, de barbitúricos, de fluoxetina o neurolépticos y las mujeres hablaban con todo el mundo. Las noches olían a muerte y había preocupaciones. Los días pasaban a través de la luz, a través del olor de los locos, los enfermos. De pronto la felicidad era solamente ir a dormir, cagar en paz, pensar en paz, soñar en paz, odiar en paz. Mientras todos nos consumíamos en el aliento invisible de los días y las noches. La locura. El alcohol. Pensar. Dormir. Levantarse. Acostarse. Puta vida. Las mañanas llenas de pequeñas luces inútiles.

La realidad es un presente perpetuo. Presente, nada más que presente… las cosas son en su totalidad lo que parecen, y detrás de ellas… no hay nada, dice Sartre…Me acordé de mi mamá. Debía estar llorando metida en la mitad de una manta blanca cerca de las flores. Debía estar regando las plantas del antejardín antes de que llegara la enorme nube de ceniza. Una sensación extraña se apoderó de mí. Ánimo. Sobre el universo entero no quedaba nada más que aquella tarde desolada. Y entonces, empecé de nuevo a sentir la muerte venir, y empecé a agradecerle a la vida desesperadamente, como si estuviese escribiendo mi testamento… Agradezco al mundo, que en estos veinte años me dio un cuerpo para existir en dimensiones. Agradezco por el lugar y el tiempo, así como por las personas con que compartí. Entre éstas agradezco a mi familia por el cariño, y al Segundo Contemplativo por la amistad. Agradezco también a la naturaleza, en especial por Iguaque y por el ártico; por la Luna... la indecible Luna, en su reino de la noche y del frío; aunque se paralice la totalidad de mi cuerpo, siempre tendré una sonrisa de agradecimiento.

Agradezco a la poesía por Novalis, al teatro por Shakespeare y a la narrativa por Chretien de Troyes. Me siento agradecida con el mundo, por despertar en mí la extrañeza, agradezco a la religión por enseñarme la angustia que mis Maestros profesaron, así como agradezco a las montañas, a los árboles y al espíritu romántico que desde pequeña se posesionó de mí y ahora se niega a abandonarme. Agradezco la oscuridad de la noche y a la sombra de mi Muerte, agradezco que las cosas tengan fin, pues el fin es humano; doy gracias por los profesores que tuve, por mi capacidad de escribir, de jugar, de soñar. Doy gracias por no poder haber conocido más en este mundo, por todo lo que ignoré y por la felicidad y los dolores que nunca viví. Antes de terminar, agradezco a mí ser por la soledad y la melancolía, por haber probado la tristeza y la ternura, la belleza y la dulzura. Agradezco a la ciencia y al saber por la filosofía, la psicología y la astronomía; a la historia por los estoicos y a la evolución por los gatos. Finalmente, agradezco a la vida que me permitió vivirla, y aunque la prodigué durante poco más de veinte años, no busco alargarla, tampoco recortarla; tan solo vivirla e imaginarla… Espero volver a verlos... Gracias y Adiós.

Y así pasaron los días, cuando logre salir del hospital, la ciudad había sido destruida por completo. Era domingo y hacía sol, pero también llovía. La mañana olía un poco a cementerio. La mañana era una prisión de luces amarillas, una prisión con cielo azul y hojas secas. Durante varios días caminé sin rumbo fijo por las ruinas de la ciudad. Luego me encontré a Tommy quien ya había regresado de su viaje, me pregunto qué a donde había estado y le dije que había estado tomando vodka con unos amigos en la lejanía de la ciudad, había visto elefantes volar y tigres llorar…Ya lo tenía decidido. Tenía reservación para ir al Club de Muertos. Después salimos. Caminamos un rato. Fuimos al zoológico y le mostré a Arlex un león que lloraba en las noches, cada vez que había luna llena. Pasamos por la jaula de un oso panda y Tommy me dijo que mi pelo era igual al de ese. Después fuimos al metro. Eran las seis de la tarde. El cielo estaba triste, gris, como si hubieran regado café negro sobre las nubes. El metro empezó a andar. Íbamos en silencio. Antes de bajarme, le di un beso a Tommy. Le dije bueno hasta aquí llego yo, fue maravilloso conocerte, cuídate. Me bajé del metro, en una estación cualquiera. Tommy pegó su rostro contra el vidrio. Corrí unos metros con la mano pegada al vidrio donde Tommy tenía su rostro. Te amo, me dijo en silencio, antes de que el metro se metiera en la oscuridad. Yo también te amo respondí en silencio cuando el metro ya estaba asaltado por la oscuridad. Me sentí rota. Un gusano, rota. Eran las siete de la noche. Me senté un rato allí en esa estación solitaria. Fumé un cigarrillo. Dos cigarrillos. Me dormí en la banca y luego soñé con una nueva vida llena de colores y flores amarillas. Amarillas como el sol, amarilla como la batalla de papel.


Inspirado en el Libro “Opio en las Nubes” de Rafael chaparro M.

La Amistad (Khalil Gibran)

Nuestro amigo es la respuesta a nuestras necesidades. Él es el campo donde se siembra con amor y se cosecha con agradecimiento.El es nuestra mesa y el fuego de nuestro hogar.Nos acercamos a él con nuestra hambre, y le buscamos sedientos de paz. Cuando nuestro amigo manifieste su pensamiento, no temamos al "no" , ni retengamos el "sí".Y cuando él permanezca en silencio, nuestro corazón no debe dejar de oír su corazón. Porque en la amistad, todos los pensamientos, todos los deseos, todas las esperanzas nacen y se comparten en espontánea alegría. Cuando nos alejemos de un amigo, no debemos sentir dolor,Porque lo que más amamos en él quizá esta más claro en su ausencia, igual que la montaña es más clara desde el llano para el que quiere subirla.Y no se debe permitir que haya en la amistad otro interés que el ahondamiento del espíritu.Porque el amor que no busca más que la revelación de su propio misterio no es amor,sino una red tendida que sólo recoge lo inútil.dejen que lo mejor de nosotros sea para nuestro amigo.Si ha de conocer el flujo de nuestra marea,el menguante, que también conozca su reflujo y su creciente Porque, ¿qué amigo seria aquel que se tuviera que buscar para matar las horas? Buscamos a nuestros amigos para vivir las horas. Porque los amigos existen para colmar nuestra necesidad, no nuestro vacío. En la dulzura de la amistad debe flotar la risa y los placeres compartidos. Porque en el rocío de las cosas pequeñas, el corazón encuentra su alborada , su mañana y se refresca.

jueves, 15 de diciembre de 2011

El camino (Lizkno,J)



Siempre luces en el camino, a veces no nos gusta el reflejo que vemos, pero lo bueno de los caminos es que no discriminan y cuando tú lo desees el camino puede tomarte la mano, porque no le molesta sentir los pasos de alguien guerrero como vos, no fue para otra cosa que se construyeron. Tienes todo el derecho a devolverte y a trastabillar, pero algo debes tener en claro, y es que el camino siempre está para que cuando lo desees, lo retomes... pues, él nunca se aparta, es uno quien lo deja.



                                                   

sábado, 5 de noviembre de 2011

El poema que Saddam escribió antes de morir


El dictador estaba solo en su celda. Su barba había encanecido, sus hijos estaban muertos y lo esperaba la horca. En esos días finales, Saddam Hussein se volcó a la poesía, que con tanta frecuencia había sido para él fuente de solaz en los momentos difíciles. El poema Libera tu alma es su llamado a la lucha desde la tumba.
Es una mezcla de desafío y reflexión, sin nada de remordimiento. No menciona las miles de vidas que se segaron por orden suya. No expresa culpa ni tristeza ni arrepentimiento. Colmado de las frases floridas que fueron su marca de fábrica, empieza con lo que parece un himno al amor entre él mismo y su pueblo, que estaba a punto de perderlo. Los versos fueron escritos por Saddam tras haber sido sentenciado a muerte y, según su familia, fueron sus últimas palabras por escrito. Una copia manuscrita del poema fue entregada por las autoridades iraquíes a su familia en Tikrit, junto con su última voluntad y testamento, según dijo su primo, Muayed Dhamin al-Hazza. En el poema, Saddam condena a los “lobos” que han causado la ruina de la nación iraquí con la invasión. Se describe a sí mismo como mártir.
Su poesía, como sus discursos, era con frecuencia oscura, llena de alteraciones y difícil de entender, incluso para los hablantes del árabe. Según la prensa, Saddam incluso les regaló muestras de su poesía a sus captores estadounidenses. Los iraquíes familiarizados con su estilo ayudaron a traducir el poema. Fragmentos que hubieran sido ininteligibles en una traducción literal se interpretaron en un sentido amplio en un intento de revelar el significado que quería dar. A continuación, la primera mitad del poema, según fue transcripto por The New York Times a partir de la lectura, por teléfono, que hizo Al-Hazza.
Libérala


Libera tu alma. Libera tu alma. Es la compañera de la mía y tú el amado de mi alma
Ninguna casa podría haber albergado mi corazón como tú lo hiciste
si yo fuera esa casa, tú serías su rocío
Eres la brisa que alivia
tú refrescas mi alma
y nuestro partido Baath florece como una rama que verdea
La medicina no cura al sufriente pero sí la rosa blanca
Los enemigos hacen planes, tienden trampas
y avanzan a pesar de sus defectos
Es un plan de arrogancia y de vacío
que acabará por ser derrotado
lo arruinamos como el óxido devora el hierro
como un pecador consumido por sus pecados
nunca nos sentimos débiles
nuestra moral nos hizo fuertes
Nuestro honorable resiste, el compañero de nuestra alma
los enemigos metieron a la fuerza extraños en nuestro mar
y todo el que los sirve tendrá que llorar por eso
Aquí desnudamos nuestro pecho a los lobos
y no temblaremos ante la bestia
Resistiremos a los retos más difíciles
y los haremos retroceder, si Dios lo quiere
¿Cómo les irá bajo tal presión?
Pueblo mío, jamás te abandonamos
y en las catástrofes, el partido es nuestro líder
Sacrifico mi alma por ti y por nuestra nación
la sangre es barata en los momentos difíciles
Nunca nos arrodillamos ni cedemos en el ataque
pero igual tratamos al enemigo con honor…
Por M. Santora y J. Burns
De The New York Times

viernes, 21 de octubre de 2011

Hans-Georg Gadamer: Textos sobre el lenguaje y el mundo.


“El lenguaje no es un medio más que la conciencia utiliza para comunicarse con el mundo. No es un tercer instrumento al lado del signo y la herramienta que pertenecen también -a la definición esencial del hombre. El lenguaje no es un medio ni una herramienta. Porque la herramienta implica esencialmente que dominamos su uso, es decir, la tomamos en la mano y la dejamos una vez que ha ejecutado su servicio. No ocurre lo mismo cuando tomamos en la boca las palabras de un idioma y las dejamos después de su uso en el vocabulario general que tenemos a nuestra disposición. Esa analogía es errónea porque nunca nos encontramos ante el mundo como una conciencia que, en un estado a-lingüístico, utiliza la herramienta del consenso. El conocimiento de nosotros mismos y del mundo implica siempre el lenguaje, el nuestro propio. Crecemos, vamos conociendo el mundo, vamos conociendo a las personas y en definitiva a nosotros mismos a medida que aprendemos a hablar. Aprender a hablar no significa utilizar un instrumento ya existente para clasificar ese mundo familiar y conocido, sino que significa la adquisición de la familiaridad y conocimiento del mundo mismo tal como nos sale al encuentro.

Es un proceso enigmático y profundamente oculto. Es un verdadero prodigio que un niño pronuncie una palabra, un primera palabra […]. La verdad es que estamos tan íntimamente insertos en el lenguaje como en el mundo […] En todo nuestro pensar y conocer, estamos ya desde siempre sostenidos por la interpretación lingüística del mundo, cuya asimilación se llama crecimiento, crianza. En este sentido el lenguaje es la verdadera huella de nuestra finitud. Siempre nos sobrepasa. La conciencia del individuo no es el criterio para calibrar su ser. No hay, indudablemente, ninguna conciencia individual en la que exista el lenguaje que ella habla. ¿Cómo existe entonces el lenguaje? Es cierto que no existe sin la conciencia individual; pero tampoco existe en una mera síntesis de muchas conciencias individuales.

Ningún individuo, cuando habla, posee una verdadera conciencia de su lenguaje. Hay situaciones excepcionales en las que se hace a la memoria una palabra en la que nos apoyamos, que suena extraña o ridícula y que hace preguntar: ‘¿se puede decir así?’. Ahí aflora por un momento el lenguaje que hablamos, porque no hace lo suyo. ¿Qué es, pues, lo suyo? Creo que cabe distinguir aquí tres elementos.

El primero es el auto-olvido esencial que corresponde al lenguaje. Su propia estructura, gramática, sintaxis, etc. , todo lo que tematiza la ciencia, queda inconsciente para el lenguaje vivo […] Un segundo rasgo esencial del ser del lenguaje es, a mi juicio,-la ausencia del yo. El que habla un idioma que ningún otro entiende, en realidad no habla. Hablar es hablar a alguien. La palabra ha de ser palabra pertinente, pero esto no significa sólo que yo me represente a mí mismo lo dicho, sino que se lo haga ver al interlocutor.[…] En relación con esto aparece el tercer elemento que yo llamaría la universalidad del lenguaje. Este no es ningún ámbito cerrado de lo decible al que se yuxtaponen otros ámbitos de lo indecible, sino que lo envuelve todo. Nada puede sustraerse radicalmente al acto de ‘decir’, porque ya la simple alusión alude a algo. La capacidad de dicción avanza incansablemente con la universalidad de la razón. Por eso el diálogo posee siempre una infinitud interna y no acaba nunca. El diálogo se interrumpe, bien sea porque los interlocutores han dicho bastante o porque no hay nada más que decir. Pero esa interrupción guarda una referencia interna a la reanudación del diálogo”. [Hombre y lenguaje (1965). VM, II, 147-151].

“De este modo se confirma en conjunto lo que comprobábamos antes: en el lenguaje se representa a sí mismo el mundo. La experiencia lingüística del mundo es ‘absoluta’. Va más allá de toda relatividad del ‘poner’ el ser, porque abarca todo ser en sí mismo, se muestre en las relaciones (relatividades) en que se muestre. La lingüisticidad de nuestra experiencia del mundo precede a todo cuanto puede ser reconocido e interpretado como ente. La relación fundamental del lenguaje y mundo no significa por lo tanto que el mundo se haga objeto del lenguaje. Lo que es objeto del conocimiento y de sus enunciados se encuentra por el contrario abarcado siempre por el horizonte del mundo del lenguaje. La lingüisticidad de la experiencia humana del mundo no entraña la objetivación del mundo […].

El mundo que se manifiesta y constituye lingüísticamente no es en sí ni es relativo en el mismo sentido en que pueden serlo los objetos de la ciencia. No es en sí en cuanto que carece por completo del carácter de objeto, y en cuanto que nunca puede estar dado en la experiencia por su cualidad de ser un todo abarcante. Sin embargo, como el mundo que es, tampoco puede considerárselo relativo a una determinada lengua. Pues vivir en un mundo lingüístico, como se hace cuando se pertenece a una comunidad lingüística, no quiere decir estar confiado a un entorno como lo están los animales en sus mundos vitales. No se puede querer mirar desde arriba el mundo lingüístico de la manera descrita antes; pues no existe ningún lugar fuera de la experiencia lingüística del mundo desde el cual éste pudiera convertirse por sí mismo en objeto […]. Tener lenguaje significa precisamente tener un modo de ser completamente distinto de la vinculación de los animales a su entorno. Cuando los hombre aprenden lenguas extrañas no alteran su relación con el mundo como lo haría un animal acuático que se convirtiera en terrestre; sino que mantienen su propia relación con el mundo y la amplían y enriquecen con los mundos lingüísticos extraños. El que tiene lenguaje ‘tiene’ mundo.

Si retenemos esto, ya no podremos seguir confundiendo la objetividad del lenguaje con la objetividad de la ciencia. La distancia inherente a la relación lingüística con el mundo no proporciona por sí misma y en cuanto tal ese otro género de objetividad que producen las ciencias naturales eliminando los elementos subjetivos del conocer" (VM, 539-543).

“Nadie negará que nuestro lenguaje ejerce una influencia en nuestro pensamiento. Pensamos con palabras. Pensar significa pensarse algo. Y pensarse algo significa decirse algo. En este sentido Platón conoció a la perfección la esencia del pensamiento cuando lo define como el diálogo interno del alma consigo misma, un diálogo que es un constante transcenderse, una reflexión sobre sí mismo y los propios juicios opiniones, en actitud de duda y objeción. Y si algo caracteriza al pensamiento es precisamente este diálogo interminable consigo mismo que nunca lleva a nada definitivo. Esto nos diferencia de ese ideal de un espíritu infinito para el cual todo lo que es y todo lo verdadero aparece en una única intuición. Es nuestra experiencia lingüística, la inserción en este diálogo interno con nosotros mismos, que es a la vez el diálogo anticipado con otros y la entrada de otros en diálogo con nosotros, la que abre y ordena el mundo en todos los ámbitos de la experiencia. Pero esto significa que no tenemos otro camino de orden y orientación que el que ha llevado desde los datos de experiencia a los esquemas que conocemos Como el concepto o como lo general que hace del caso respectivo ejemplo particular suyo […].

Lo que nos ocurre en el lenguaje, nos ocurre también en nuestra propia orientación vital: estamos familiarizados con un mundo preformado y convencional. La cuestión es saber si llegado tan lejos en nuestra propia autocomprensión como creemos llegar a veces en esos contados casos que acabo de describir, en que alguien dice realmente lo que quiere decir. Pero ¿significa eso llegar tan lejos que se entiende lo que realmente es? Ambas cosas, la comprensión total y el decir adecuado son casos límite de nuestra orientación en el mundo, de nuestro diálogo interminable con nosotros mismos. Y yo creo sin embargo que justamente porque este diálogo es interminable, porque esta orientación objetiva que se nos ofrece en esquemas preformados del discurso entra constantemente en el proceso espontáneo de nuestro entendimiento con los otros y con nosotros mismos, por todo ello se nos abre así la infinitud de aquello que comprendemos, de aquello que podemos hacer espiritualmente nuestro. No hay ninguna frontera para el diálogo del alma consigo misma. Tal es la tesis que yo opongo a la sospecha de ideología lanzada contra el lenguaje.

Es, pues, la pretensión de universalidad del lenguaje lo que voy a defender con razones. Podemos convertir todo en lenguaje y podemos tratar de ponernos de acuerdo sobre todo. Es cierto que permanecemos encerrados en la finitud de nuestro propio poder y capacidad y que sólo un diálogo infinito podría satisfacer plenamente esta pretensión. Pero eso es algo obvio. La pregunta es más bien: ¿no hay una serie de objeciones contra la universalidad de nuestra experiencia del mundo mediada por el lenguaje? Aquí aparece la tesis de la relatividad de todas las cosmovisiones lingüísticas, tesis que los americanos extrajeron del legado humboldtiano y enriquecieron con nuevas reflexiones sobre la investigación empírica, según la cual las lenguas son modos de ver y de concebir el mundo, de suerte que es imposible salirse de la cosmovisión respectiva, cuyos esquemas involucran al individuo. Los aforismos de Nietzsche sobre la ‘voluntad de poder’ incluyen ya la observación de que la verdadera obra creadora de Dios consiste en haber producido la gramática, esto es, habernos instalado en estos esquemas de nuestro dominio del mundo sin que podamos evadirnos de ellos” [¿Hasta qué punto el lenguaje preforma el pensamiento? (1973), VM, II, 195-197].

La agonia de existir- Homenaje a Hidekki Anno (Neon Genesis Evangelion)

"…Nada es... Todo está permutado…"
                                 
                                      Hassan-i-Sabbah

"…un instante, no más,
No más que el mínimo
perpetuo instante del quebranto,
cuando la forma en sí, la pura forma,
se abandona al designio de su muerte
y se deja arrastrar, nubes arriba,
por ese atormentado remolino
en que los seres todos se repliegan
hacia el sopor primero,
a construir el escenario de la nada.
Las estrellas entonces ennegrecen.
Han vuelto al dardo insomne
a la noche perfecta de su aljaba."

La voluntad de amar (Arthur Schopenhauer)

“El convencimiento de que el mundo, y por consiguiente el hombre, son tales que no debieran existir, es de naturaleza a propósito para llenarnos de indulgencia unos con otros. ¿Qué puede esperarse en efecto, de tal especie de seres? A veces me parece que la manera conveniente de saludarse de hombre a hombre, en vez de decir señor, sir, etc ; pudiera ser: “Compañero de sufrimientos o compañero de miserias”. Por extraño que parezca esto, la expresión es justa, y recuerda la necesidad de la tolerancia, de la paciencia, de la indulgencia, del amor, y de que por consiguiente, cada uno es un deudor de algo.”

miércoles, 19 de octubre de 2011

Emil Cioran: Adios a la filosofía


Me aparté de la filosofía en el momento en que se hizo imposible descubrir en Kant ninguna debilidad humana, ningún acento de verdadera tristeza; ni en Kant ni en ninguno de los demás filósofos. Frente a la música, la mística y la poesía, la actividad filosófica proviene de una savia disminuida y de una profundidad sospechosa, que no guardan prestigios más que para los tímidos y los tibios. Por otra parte, la filosofía -inquietud impersonal, refugio junto a ideas anémicas- es el recurso de los que esquivan la exuberancia corruptora de la vida. Poco más o menos todos los filósofos han acabado bien: es el argumento supremo contra la filosofía. El fin del mismo Sócrates no tiene nada de trágico: es un malentendido, el fin de un pedagogo, y si Nietzsche se hundió fue como poeta y visionario; expió sus éxtasis y no sus razonamientos.
No se puede eludir la existencia con explicaciones, no se puede sino soportarla, amarla u odiarla, adorarla o temerla, en esa alternancia de felicidad y horror que expresa el ritmo mismo del ser, sus oscilaciones, sus disonancias, sus vehemencias amargas o alegres.
¿Quién no está expuesto, por sorpresa o por necesidad, a un desconcierto irrefutable, quién no levanta entonces las manos en oración para dejarlas caer a continuación más vacías aún que las respuestas de la filosofía? Se diría que su misión es protegernos en tanto que la inadvertencia de la suerte nos deja caminar más acá del desquiciamiento y abandonarnos en cuanto somos obligados a zambullirnos en él. Y ¿cómo podría ser de otra manera, cuando se ve qué pocos de los sufrimientos de la humanidad han pasado a su filosofía? El ejercicio filosófico no es fecundo, sólo honorable. Se es siempre impunemente filósofo: un oficio sin destino que llena de pensamientos voluminosos las horas neutras y vacantes, las horas refractarias al Antiguo Testamento, a Bach y a Shakespeare. Y ¿acaso esos pensamientos se han materializado en una sola página equivalente a una exclamación de Job, a un terror de Macbeth o a una cantata? El universo no se discute; se expresa. Y la filosofía no lo expresa. Los verdaderos problemas no comienzan sino después de haberla recorrido o agotado, después del último capítulo de un inmenso tomo que pone el punto final en signo de abdicación ante lo desconocido, donde se enraizan todos nuestros instantes, y con el que nos es preciso luchar porque es naturalmente más inmediato, más importante que el pan cotidiano. Aquí el filósofo nos abandona: enemigo del desastre, es tan sensato como la razón y tan prudente como ella. Y quedamos en compañía de un anciano apestado, de un poeta instruido en todos los delirios y de un músico cuya sublimidad trasciende la esfera del corazón. No comenzamos a vivir realmente más que al final de la filosofía, sobre sus ruinas, cuando hemos comprendido su terrible nulidad, y que era inútil recurrir a ella, que no iba a sernos de ninguna ayuda.
(Los grandes sistemas no son en el fondo más que brillantes tautologías. ¿Qué ventaja hay en saber que la naturaleza del ser consiste en la «voluntad de vivir», en la «idea», o en la fantasía de Dios o de la Química? Simple proliferación de palabras, sutiles desplazamientos de sentidos. Lo que es repele el abrazo verbal y la experiencia íntima no nos revela nada fuera del instante privilegiado e inexpresable. Por otro lado, el ser mismo no es más que una pretensión de la Nada.
Sólo se define por desesperación. Hace falta una fórmula; incluso hacen falta muchas, no fuera más que por dar justificación al espíritu y una fachada a la nada.
Ni el concepto ni el éxtasis son operativos. Cuando la música nos sumerge hasta las «intimidades» del ser, volvemos a salir rápidamente a la superficie: los efectos de la ilusión se disipan y el saber se declara nulo.
Las cosas que tocamos y las que concebimos son tan improbables como nuestros sentidos y nuestra razón; sólo estamos seguros en nuestro universo verbal, manejable a placer, e ineficaz. El ser es mudo y el espíritu charlatán. Eso se llama conocer.
La originalidad de los filósofos se reduce a inventar términos. Como no hay más que tres o cuatro actitudes ante el mundo -y poco más o menos otras tantas maneras de morir- los matices que las diversifican y las multiplican sólo dependen de la elección de vocablos, desprovistos de todo alcance metafísico.

Estamos abismados en un universo pleonástico, en el que las interrogaciones y las réplicas se equivalen.)


Texto tomado del libro "Breviario de Podredumbre" del mismo autor rumano-francés.

lunes, 17 de octubre de 2011

Carta de dios al Hombre (Isaac Asimov)


Me dirijo a usted para hacerle llegar un ruego que espero pueda ser atendido por su parte. Seguramente habrá usted oído hablar de mí, soy dios, ese ser que los suyos crearon hace muchos, muchísimos años, cuando todavía su especie apenas si se distinguía del resto de los animales. Cuando el desconocimiento, el temor, el deseo de protección y la ignorancia les hacia tan vulnerables como cualquier otro animal.

Me crearon ustedes a su imagen y semejanza, adornado con todos sus defectos y virtudes, en aquellos tiempos primitivos era hasta divertido ser dios, mejor dicho ser dioses, por que eran demasiadas sus necesidades como para crear un solo dios.

Me crearon, pero me crearon esclavo de sus creencias y necesidades. Me imaginaron bajo distintas formas y atributos. Cada nuevo creyente me ataba, y me sigue atando, con sus cadenas exigiendo de mi que le ayude a paliar su dolor y su ignorancia.


Me crearon, nos crearon cuando todavía no comprendían el mundo que les rodea y las leyes que lo rigen. Cuando ignoraban que podían existir leyes que rigen el mundo y el universo. Por eso me crearon, nos crearon tan disparatados, nos crearon con arreglo a sus propias fantasías y temores. Tan disparatado como solo la mente un niño puede crear un ser inventado para que le ayude. Mi historia

Señor es muy triste, es la historia de un ser creado para paliar sus temores, sus ambiciones, su ignorancia y sus enfermedades. Desde el primer momento se me utilizó como justificación de todos los desmanes y egoísmos propios de su especie. Se me utilizó para justificar sus enfrentamientos, para justificar el poder que algunos hombres se atribuían, para que unos hombres dominaran a otros, para imponer sus normas y sus creencias diciendo que procedían de mí. Para que unos hombres se proclamaran portavoces de mi voluntad descalificando, en mi nombre, a todos aquellos que no creían en sus palabras.

Desde el primer momento ustedes crearon guerras entre nosotros para justificar sus intereses. Nos utilizaron para justificar sus deseos de conquista, para vencer al contrario, para someterlo. Nos utilizaron para justificar la inmensidad de muertos, heridos, torturados que esas guerras generaron y generan.

Nos utilizaron para justificar sus odios, su voracidad, sus deseos de venganza. No creo que haya maldad en que ustedes no hayan invocado mi nombre. Creo Hombre, que no ha habido ocasión en su historia personal y colectiva donde no se haya invocado mi nombre, o nuestros nombres, para defender sus intereses manifiestos y ocultos.

En mi nombre, en nuestro nombre se han cometido y se siguen cometiendo infinidad de matanzas, crímenes y tropelías que no tienen más justificación que sus propios intereses.

Bajo la apariencia de seres infinitamente poderosos no somos mas que esclavos de sus creencias, esclavos nos crearon y esclavos seguimos, y así seguiremos mientras no nos liberen de esas cadenas que a ustedes les parecen tan justas, creyendo que nos alaban y que nos gustan.

Son las mismas cadenas con que los poderosos de su especie les atan a ustedes cuando dicen que interpretan nuestra voluntad, nuestras palabras y nuestros deseos.

Su especie, Hombre, ha avanzado mucho, no tanto como debiera porque en nuestro nombre también se ha procurado detener el avance de su especie, se han forjado mentiras inmensas, espantosas falsedades destinadas a detener su avance, se han matado y destruido a aquellos hombres y obras que abrían brechas en las murallas de la ignorancia.

Pese a todo ha avanzado lo suficiente para que ya no necesite creer en seres mágicos creados por su imaginación hace mucho, muchísimo tiempo. Pese a todo hoy sabe que el mundo, el universo se rige por leyes, no por mi voluntad, no por nuestra voluntad.

Todavía les falta por descubrir las muchas leyes que permanecen ocultas, pero sí saben que esas leyes existen, aunque aún no las conozcan. Ya no tienen necesidad de nosotros, ya no tienen necesidad de seres mágicos que guíen sus pasos en la oscuridad y en la ignorancia.

Tomen en sus manos las riendas de su destino, averigüen las leyes que rigen todo y déjenme, déjennos descansar en paz. No me usen para justificar sus ambiciones, sus deseos, sus intereses, sus desmanes o sus atrocidades.

Por eso Hombre Todopoderoso te dirijo esta carta rogándote que me liberes de tus cadenas, de tus creencias, de tu ignorancia y de tus miedos. Cada vez que sientas la tentación de creer en mí pregúntate quién ha creado a quién, si dios al hombre, o el hombre a dios.

Por eso Señor, Hombre Todopoderoso, te lo ruego, libérame de la esclavitud a que me tienes sometido, deja que me disuelva en la nada de la que un día me creaste, nos creaste, a tu imagen y semejanza.

jueves, 13 de octubre de 2011

Y SI LOS HOMBRES.... (Florence Thomas. EL TIEMPO, 16 de agosto de 2011)


Y si los hombres tuvieran manos solo para acariciar y comprender la profundidad de nuestra piel, para buscar nuestras manos cuando necesitamos tranquilizarnos o para hacernos un masaje en la espalada en los días de cansancio. Y si los hombres pudieran aprender la humildad, la atenta escucha de una voz femenina, el silencio, la certeza de que no pueden saber todo; convencerse de que hay una mitad del cielo que no les pertenece, de que el planeta y la tierra son femeninos y masculinos al mimo tiempo.
    Y si los hombres, al resolver su amor obsesivo a la madre, pudieran aprender de una vez por todas a ser adultos. Y si los hombres lograran aprender a ser padres dejando un poco de ser hombres con H mayúscula y confesar que están cansados de ser ese sujeto universal que carga el peso del mundo entero sobre sus hombros. Y si los hombres pudieran ser solo compañeros y amantes de las mujeres y compartir este mundo con ellas, tal vez entonces entenderían lo que no logran comprender.
    Y si pudieran aceptar que hay historias que nunca vivirán, que hay misterios que nunca entenderán, que hay secretos que nunca conocerán porque hay saberes que no les pertenecen. Y si los hombres pudieran aprender a controlar la rabia que nace bajo los efectos del alcohol que los vuelve idiotas cuando no violentos. Y si pudieran aprender a amar menos el poder y más la vida; y si los hombres inteligentes pudieran explicar a sus congéneres que lo que sus padres vivieron como ansiosa pérdida de poder, ellos lo viven como ampliación de su humanidad.
    Y si las mujeres tuviésemos valor para tomar la palabra, para hablar, para denunciar y, excepcionalmente, para callar; y si las mujeres pudiéramos aprender de ellos la solidaridad y la complicidad para romper milenarios silencios ante lo inaceptable, lo insoportable ante el embate de unos puños cerrados, ante el golpe que va directo al alma e invalida nuestro derecho a una vida libre de violencias, de cualquier violencia, humillaciones y prohibiciones. Y si las mujeres aprendiéramos a decir "no más" cada vez que nos encontramos con la exclusión, con la discriminación, con la agresión, con el irrespeto y con la violación de nuestros derechos, con el abuso y la apropiación de nuestros cuerpos y de nuestras mentes. Y si las mujeres pudiéramos convencernos de que no saber decir "no" en el momento preciso casi nos mata. Y si las mujeres nos convenciéramos de que es posible construir otro mundo y juntarnos todas para que nuestras palabras de mediación, nuestros afanes de felicidad y nuestra sed de justicia no sigan como frágiles ecos que no logran cambiar el curso de los acontecimientos. Y si las mujeres violentadas aceptáramos que a veces es imperativo alejarse de un hombre para empezar a existir, entonces tal vez ellos se preguntarían si vale la pena violentarnos y golpearnos. Y si las mujeres pudiéramos comprender que si no se cuestiona la insoportable hombría de los varones, está se llevará a toda la humanidad a la tumba. Y si las mujeres lográramos encontrar en los hombres no solo inseguridad y duelos, sino compañía y consuelo, entonces la vida tendría sentido.
    Y si hombres y mujeres pudiéramos encontrarnos y amarnos sin negarnos, sin trampas, sin juramentos de eternidad, sin reprimir deseos, sin engaños mezquinos, sin celos enfermizos, sin tantos silencios, amarguras, decepciones; si pudiéramos amarnos sin puños y sin palabras que hieren y dejan profundas heridas, solo amarnos y saber decirnos adiós serenamente, en el justo momento en que el amor se aleja, entonces los Bolillos no existirían.

lunes, 10 de octubre de 2011

TENGO TANTO SENTIMIENTO - FERNANDO PESSOA

Tengo tanto sentimiento
que es frecuente persuadirme
de que soy sentimental,
mas reconozco, al medirme,
que todo esto es pensamiento
que yo no sentí al final.

Tenemos, quienes vivimos,
una vida que es vivida
y otra vida que es pensada,
y la única en que existimos
es la que está dividida
entre la cierta y la errada.

Mas a cuál de verdadera
o errada el nombre conviene
nadie lo sabrá explicar;
y vivimos de manera
que la vida que uno tiene
es la que él se ha de pensar.

NO EXISTE EL INFINITO - CHANTAL MAILLARD

No existe el infinito:
el infinito es la sorpresa de los límites.
Alguien constata su impotencia
y luego la prolonga más allá de la imagen, en la idea,
y nace el infinito.
El infinito es el dolor
de la razón que asalta nuestro cuerpo.
No existe el infinito, pero sí el instante:
abierto, atemporal, intenso, dilatado, sólido;
en él un gesto se hace eterno.
Un gesto es un trayecto y una trayectoria,
un estuario, un delta de cuerpos que confluyen,
más que trayecto un punto, un estallido,
un gesto no es inicio ni término de nada,
no hay voluntad en el gesto, sino impacto;
un gesto no se hace: acontece.
Y cuando algo acontece no hay escapatoria:
toda mirada tiene lugar en el destello,
toda voz es un signo, toda palabra forma
parte del mismo texto.

De "Matar a Platón" 2004

EL MEJOR MOMENTO DEL AMOR – SULLY PRUDHOMME

El mejor momento del amor
no es aquel en que se dice: «Te amo»
Se halla en ese mismo silencio que está a punto
de romperse todos los días.
Está en la rápida y furtiva comprensión de los corazones.
Está en los fingidos rigores y en las secretas indulgencias.
Está en el estremecimiento del brazo
en que se apoya la mano temblorosa,
en esa página que volvemos juntos,
pero que ninguno de los dos leemos.
¡Momento único, en que los labios callan
y dicen tantas cosas con su pudor;
en que se abre el corazón,
estallando quedamente como un botón de rosa!
En que el solo perfume de los cabellos
parece un favor conquistado.
¡Momento de deliciosa ternura,
en que el respeto mismo es una confesión!

TAL VEZ NO ERA PENSAR - IDEA VILARIÑO


Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.

Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.

Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.

Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.

Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.

Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente...

DERROTA - RAFAEL CADENAS

Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida
que apenas llego a un sitio ya quiero irme
(creyendo que mudarme es una solución)
que he sido negado anticipadamente
y escarnecido por los más aptos
que me arrimo a las paredes para no caer del todo que soy objeto de risa para mí mismo
que creí que mi padre era eterno
que he sido humillado por profesores de literatura
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotada
que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en la vida
que he sido abandonado por muchas personas porque casi no hablo
que tengo vergüenza por actos que no he cometido
que poco me ha faltado para echar a correr por la calle
que he perdido un centro que nunca tuve
que me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir en el limbo
que no encontraré nunca quién me soporte
que fui preterido en aras de personas más miserables
que yo que seguiré toda la vida así y que el año entrante seré muchas veces más burlado en mi ridícula ambición
que estoy cansado de recibir consejos de otros más aletargados que yo («Ud. es muy quedado, avíspese, despierte»)
que nunca podré viajar a la India
que me dejo llevar por los otros
que no tengo personalidad ni quiero tenerla
que todo el día tapo mi rebelión
que no me he ido a las guerrillas
que no he hecho nada por mi pueblo
que no soy de las FALN y me desespero por todas estas cosas y por otras cuya enumeración sería interminable
que no puedo salir de mi prisión
que he sido dado de baja en todas partes por inútil
que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener un día sereno
que me niego a reconocer los hechos que siempre babeo sobre mi historia que soy imbécil y más que imbécil de nacimiento
que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no he podido encontrarlo
que no lloro cuando siento deseos de hacerlo
que llego tarde a todo que he sido arruinado por tantas marchas y contramarchas
que ansío la inmovilidad perfecta y la prisa impecable
que no soy lo que soy ni lo que no soy que a pesar de todo tengo un orgullo satánico aunque a ciertas horas haya sido humilde hasta igualarme a las piedras
que he vivido quince años en el mismo círculo
que me creí predestinado para algo fuera de lo común y nada he logrado
que nunca usaré corbata
que no encuentro mi cuerpo
que he percibido por relámpagos mi falsedad y no he podido derribarme, barrer todo y crear de mi indolencia, mi flotación, mi extravío una frescura nueva, y obstinadamente me suicido al alcance de la mano me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir burlándome de los otros y de mí hasta el día del juicio final.

HIMNO AL DESACATO - VIVIANE NATHAN

Pienso violar todas las leyes,
los órdenes, los ritos, los sistemas.
Voy a treparme a un árbol
y a patear cientos de piedras,
y caminando boca abajo
quizá le vea el trasero
a este mundo embalsamado
donde todo lo que brilla apesta…
Quiero robarme un manojo de estrellas,
pintar la luna de verde
y al sol ponerle una careta.
Así, cuando me tomen de la mano
y me lleven a una celda,
cantaré un himno al desacato,
me pondré las rejas en los ojos
y entonces quedarán encerrados los de afuera…

PRECAUCIONES DE ÚLTIMA HORA - MARIO MELÉNDEZ


Debo cuidarme de los gusanos
cuando me entierren
lo más seguro
es que hablen mal de mí
que escupan sobre mis poemas
y orinen las flores frescas
que adornarán mi tumba
llegado sea el caso
que hasta devoren mis huesos
me arranquen los intestinos
o en el colmo de la injusticia
se roben mi diente de oro
y todo esto porque en vida
jamás escribí sobre ellos

ANTIBIÓTICO - MARITA TROIANO


Quiero advertir
que todos estos versos
son productos de un mal
que me provoca una bacteria
susceptible a la penicilina

productos finalmente irracionales
como deben de ser algunos poemarios
brotados de una mente enardecida con la fiebre
treinta y ocho y medio para mí ya es un tango
y un corazón en diálogo perpetuo con el fuego

Versos nacidos de partos complicados,
algunos prematuros
con cesáreas obligadas y uso de especiales anestesias
con profundos cortes,
sobre los que se trabaja veintiséis horas al día
otros, versos venidos a la luz extemporáneos
con la matriz encallecida,
pero todos, hijos dolidos
respetados
consentidos de salir volando al viento
todos cercenando con certeza,
la cabeza de un silencio eyaculado
a fuerza de inhibir a la conciencia.

SOY UNA MUJER SIN PROBLEMAS - JUANA BIGNOZZI


Todos lo saben
y entonces buscan mi compañía para charlar por las noches.
Sin embargo yo conozco a alguien que quiere morir en paz consigo mismo
y me produce estremecimientos, insomnio, soledad,
porque la paz conmigo misma sería una guerra sin fin,
dos o tres asesinatos inevitables y alguna entrega desmedida
que no entra en mis planes.
Sin embargo yo sueño por las noches
con un jardín inmenso donde los muertos se levantan para saludarme;
yo sueño con un hombre que me inquieta y como lo ignora
me habla amigablemente del resto del mundo
y de mis múltiples amores, tan simpáticos,
tan apropiados como tema de conversación.

De "Mujer de cierto orden" 1967

ENTONCES - NACHO BUZÓN


Hay un dragón a los pies de mi cama
esperando que un día
me levante con mal pie
entonces ñam ñam
Hay un tiburón dentro de mi bañera
esperando que un día
me resbale y caiga dentro
entonces ñam ñam
Hay un oso polar metido en mi nevera
esperando que un día
me beba una cerveza
entonces ñam ñam
Hay un zoológico metido en mi cabeza
esperando que un día
te metas en mi cama
entonces ñam ñam

ANIMAL PENSATIVO - ALVARO YUNQUE


Pobre amigo filósofo, tu marchas por la calle pensando,
qué tontera, pensando en cosas graves,
en cosas que te impiden reír de lo que ocurre
a las bestias y hombres que atiborran la urbe.

Oye aquí un caballero y una dama disputan,
-rufián el caballero, la dama prostituta-
aquí ante una pizarra de carreras, cien jóvenes
hablan, con qué energía, de caballos y jockeys.
Allí rueda un ruido y una bocina atruena
y allí ruge un confuso murmullo de marea.
Ésto, amigo filósofo, esto sí es divertido;
Pero tú nada escuchas, nada ves, ¡pobre amigo!

A ti quizás, oh amigo, te entristecen las cosas
que a los demás divierten y, satisfechos, gozan;
porque tú, pobre amigo, ya has perdido la gracia
de Dios, porque has perdido la divina ignorancia;
Tú hacia los libros fuiste lleno de ardor; oh amigo,
y has vuelto pesaroso, callado de los libros;
Tú, curioso, quisiste saberlo todo,
y hoy sabes tanto que te hallas solo, solo.
La vida de la urbe tan grotesca y risible
tu espíritu acongoja, por eso marchas triste,
por eso en estas calles, dominio de la injuria
y el ruido, paseas tu orgullo y tu amargura
y en medio de animales que no piensan, oh, amigo,
eres un melancólico animal pensativo.

QUÉ LÁSTIMA - CLARIBEL ALEGRÍA


Qué lástima que duermas
y se interrumpa el diálogo
y no sientas mi beso
en tus ojos cerrados.

Qué lástima tu infancia
así truncada,
ese tiempo sin tiempo
a medio abrir
por el que ya empezaba
a vislumbrarte.

Mañana todo habrá cambiado:
otra vez hablándonos
de lejos
desde nuestras esquivas
soledades.

Qué lástima
los signos de mi amor,
mis apretados círculos
de miedo
que no sé si entendiste.

NINGÚN LUGAR ESTÁ AQUÍ O ESTÁ AHÍ - OSCAR HAHN

Ningún lugar está aquí o está ahí
Todo lugar es proyectado desde adentro
Todo lugar es superpuesto en el espacio

Ahora estoy echando un lugar para afuera
estoy tratando de ponerlo encima de ahí
encima del espacio donde no estás
a ver si de tanto hacer fuerza si de tanto hacer fuerza
te apareces ahí sonriente otra vez

Aparécete ahí aparécete sin miedo
y desde afuera avanza hacia aquí
y haz harta fuerza harta fuerza
a ver si yo me aparezco otra vez si aparezco otra vez
si reaparecemos los dos tomados de la mano
en el espacio
donde coinciden
todos nuestros lugares.

LA DOLIENTE QUIMERA - PEDRO SHIMOSE


Vuelvo el rostro y veo
la dimensión del odio.
No he venido a decirte
que todo es tarde en mí.
He vuelto a tu crueldad,
a sucumbir junto a la
piedra.

Veo mis ruinas en tus ojos
hermosos todavía.
Veo tus manos
todavía perfectas
y emerjo
de las brumas violentas
del pasado
cada vez más
solo.

Vuelvo a contemplarme y todo es triste.
Todo:
mi soledad:
mi fuerza:
la montaña.

Te miro
en la mentira de mis sueños
y te arrojo a mis
abismos.
Si me llego a encontrar con aquel
que huye de mí
volveré a tu ternura
y empezaré a decir
lo que nunca
hubiera dicho.

HE AQUÍ EL AMOR - JORGE EDUARDO EIELSON


He aquí el amor.
Repito:
He aquí el amor.

Pero mejor hablaremos de esta puerta.
Una puerta es una puerta a la que yo golpeo día y noche,
a la que yo golpeo día y noche,
a la que yo golpeo día y noche.
Y aunque nadie responda,
y aunque nadie responda,
y aunque nadie responda,
el aire es el aire de todos los días,
las plantas son verdes como siempre,
y el mismo cielo esférico me envuelve
lunes, martes, miércoles,jueves, viernes, sábado y domingo.
¿Pero, qué puedo yo decir del amor?
¿Qué puedo yo decir del amor?
¿Qué puedo yo decir del amor?
En cambio, esta puerta es indudable;
por ella entro y salgo día y noche
hacia los verdes campos que me esperan,
hacia el mismo cielo esférico y perenne.

¿Pero qué puedo yo decir del amor?
¿Qué puedo yo decir del amor?
¿qué puedo yo decir del amor?
Mejor sigo hablando de esta puerta.

NO TE DETENGAS - WALT WHITMAN


No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...

ESENCIA DOLIDA - MICHAEL STRUNGE

Te amo cuando me despiertas
con un coño que brilla en la oscuridad
y tamiza de etéreo sol.
Tu pelo crujiente
gira sutil hacia el ombligo
la noche es pálida como una sábana
y jala mi vientre casi hasta sangrar.
Tus nalgas son ardientes mejillas de ángeles
y brillan más que la luna
brillan en tus manos
y llevan sangre a mi cuerpo.
Tus alas se disimulan bien,
se extienden con sol y besos
y cubren como suspendidas en vaporosa noche
Nadie puede silenciar tu boca
todos desean flamear en tus ojos así ahora
y extasiarse del Oro en rostro humano.
Esencia dolida
extiende tu cálido cuerpo sobre el mío
y deja que tus labios y tus alas
rieguen con besos mi piel.
Te amo cuando casi me violas
y rendimos nuestra vida a tu furioso coño.
Mas yo dependo, alucinado, de tu clítoris,
un tierno, enérgico navegador en mar de estrellas
y yo sé que puedo reposar en tu seno
plácido y sangrante
entonces me pregunto dónde terminará esta noche
en qué costa bajaré a tierra
abrazándome a esas hierbas salvajes
mientras nos tendemos como una anhelante estrella marina
en la futura cosecha de la semilla, sudor y sol.

A LA PUTA QUE SE LLEVÓ MIS POEMAS - CHARLES BUKOWSKI


Algunos dicen que debemos eliminar del poema
los remordimientos personales,
permanecer abstractos, hay cierta razón en esto, pero
¡POR DIOS!
¡Doce poemas perdidos y no tengo copias!
¡Y también te llevaste mis cuadros, los mejores!
¡Es intolerable!
¿Tratas de joderme como a los demás?
¿Por qué no te llevaste mejor mi dinero?
Usualmente lo sacan de los dormitorios y de los pantalones borrachos y enfermos en el rincón.
La próxima vez llévate mi brazo izquierdo o un billete de 50,
pero no mis poemas.
No soy Shakespeare
pero puede ser que algún día ya no escriba más,
abstractos o de los otros.
Siempre habrá dinero y putas y borrachos
hasta que caiga la última bomba,
pero como dijo Dios, cruzándose de piernas:
veo que he creado muchos poetas pero no mucha poesía.

ME SIENTO EXTRAÑO - LEOPOLDO DE LUIS

Somos una costumbre, un gesto, un modo,
una manera de mirar, acaso.
Pequeños movimientos nos distinguen,
leves fórmulas marcan signos, rasgos
que se hacen peculiares nos conducen
por rutas diferentes a escenarios
de vida en que los viejos papeles suenan como
otro cuento distinto y necesario.

Me doy cuenta que estoy hecho de mínimos
materiales de vida moldeados
por antiguas liturgias, ritos graves,
ceremoniales de confusos hábitos
que me hacen lo que soy y ponen
su irremediable marca en mi costado.

Soy un pequeño mundo con sus normas,
sus leyes, sus funciones, sus mandatos,
su inevitable proceder, su modo
de respirar. No doy un sólo paso
que no proceda de una antigua historia
y que no esté a un sistema acomodado.

¿Será la forma de partir el pan,
como Emmaús? ¿Será como alzo el vaso
para el agua que bebo? Breves signos
caracterizan mi talante humano
y me hacen tan reducto de costumbre
y soledad, que ahora me siento extraño.

Y sin embargo sé que soy lo mismo,
que algo nos une irremediablemente,
que un recorrido igual está esperándonos
y una misma materia nos sostiene.

Hay una misma sangre, un mismo río
de vida golpeando en nuestras sienes
y una misma esperanza que se hace angustia
en la garganta y en el pecho siempre.

En los espejos cruzan de los ojos,
árboles, lagos, tierras diferentes,
pero una sola flor los unifica:
es la roja azucena de la muerte.

CANCIÓN DE LA VIDA PROFUNDA - PORFIRIO BARBA JACOB


Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar.
Tal vez bajo otro cielo la gloria nos sonríe.
La vida es clara, undívaga y abierta como un mar.

Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos...
—¡niñez en el crepúsculo!, ¡lagunas de zafir!—
que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
y hasta las propias penas nos hacen sonreír.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña obscura de obscuro pedernal:
la noche nos sorprende con sus profusas lámparas,
en rútilas monedas tasando el Bien y el Mal.

Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer:
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noche lúgubres el llanto del pintar.
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar.

Mas hay también ¡oh Tierra! un día... un día... un día
en que levamos anclas para jamás volver...
Un día en que discurren vientos ineluctables.
¡Un día en que ya nadie nos puede retener!

MI FÍSICO - MARILINA REBORA

No he sido nunca linda? Tal vez quise ser alta?
y la piel de mis hombros se acentúa morena
(al decir ésto, claro, una verdad resalta:
que tampoco mi espalda ha de ser de azucena).


No tuve grandes ojos, y ahora aún me falta
el gracioso caer de ondulada melena;
tampoco es mío el rosa que reanima y esmalta
las mejillas y labios, con tono de verbena.
Se dice que subyuga por lo manso mi acento
¿Puede que a fuer de cauto alcance a ser ternura?,
un eco susurrante del jardín bajo el viento,
pero quien describiese con justeza mi traza
verá cómo responde toda la arquitectura
al tobillo delgado de la mujer de raza.

TENGO MIEDO - ELÍAS NANDINO

Tengo miedo de ti,
de mí,
del mundo, del aire,
del amor, de la sombra.
Tengo miedo de todo.
¡Tengo miedo del miedo!
Tengo miedo a caer
sin nombre,
sin memoria y sin cuerpo,
en la eternidad
del olvido y del silencio.
¿Para qué soy
si para siempre dejaré de serlo?

EL CASTIGO DEL POETA - FRANCISCO NÁJERA

Empezar de nuevo y siempre empezar
sin final que lo espere
repetir las palabras repetidas
aumentar incesante los sonidos
olvidando
que lo dicho ya se ha dicho
y lo callado es el silencio
y repetir de nuevo
buscando soles e inventando estrellas
diciendo
ésta es la palabra y este su silencio
y lo que queda es la memoria y lo que triunfa
es el olvido
y repetir repetir
sabiendo que lo dicho ya se ha dicho
y lo callado es el silencio
fatigado adolorido
atrapado en la jaula que lo encierra
jaula de sonidos
prisión de palabras
angustiosas inútiles pueriles
palabras repetidas
empezar una vez más

ESCRIBIR TIENE ESPÍRITU DE NADA - ORLANDO GONZÁLEZ ESTEVA

Escribir tiene espíritu de nada.
Hay que revolotear en el abismo
y cortarse las alas que uno mismo
tiende sobre su sombra alucinada.

Y caer desde nunca, desde cada
vértice en el perfecto mecanismo
del azar que celebra en su mutismo
la creación, esa fábula encarnada.
Y yacer en las márgenes del sueño
donde la realidad es un pequeño
pez que burla las redes de la aurora
y revuelve las aguas del pasado
donde Dios se contempla ensimismado
y padece la luz que nos devora.

DESPEDIDA - LUIS ZALAMEA

Yo me voy porque en los "subways" no crecen los bejucos;
porque ya no huele el aire prisionero de las calles
a azafrán, ni a tomillo, ni a hembra en primavera.
Me voy porque a los parques les pusieron mordazas.
Me voy porque aquí ya no se puede reír a carcajadas;
porque los crepúsculos se compran enlatados;
porque agonizaron, inermes, los últimos rebeldes.
Me voy porque hasta los besos se encuentran censurados.
Me voy porque ya ordenaron investigar a la alegría;
porque a los niños les raptaron sus hadas;
porque a los libros los encerraron en la cárcel.
Me voy porque a la muerte la están vendiendo en cápsulas.
Me voy porque a las mujeres les rondaron el sexo;
porque al alcohol le editaron sus sueños;
porque en lugar de saúcos se cultivan barrotes.
Porque soltaron, todos, los diques del pavor.
Me voy porque en las calles tan sólo ríe el miedo.

LO QUE DICES DE MÍ - JESÚS AGUADO


Lo que dices de mí
me posee a horcajadas detrás de unos arbustos.
Lo que dices de mí
me aprieta la cintura en medio del océano.
Lo que dices de mí
me araña de los muslos a la nuca
mientras un elefante nos transporta en la selva.
Lo que dices de mí
me tira de los pelos en un piso catorce.
Lo que dices de mí
me saliva la oreja en un vagón.
Lo que dices de mí
me embadurna de aceites aromáticos
dentro de un telescopio enfocado a Saturno.
Lo que dices de mí
mordisquea mi sexo en la estela de un barco.
Lo que dices de mí
jadea en una mesa de un albergue.
Lo que dices de mí
se bebe mi sudor en la calle más céntrica
(en el escaparate de una agencia de viajes).
Lo que dices de mí
tapona con su lengua mi ombligo en una tundra.
Lo que dices de mí
se toca los pezones más allá del espejo.
Lo que dices de mí
dilata su vagina en el arcén
de una autopista en obras.
Lo que dices de mí
grita en un diccionario abierto por la «p».
Lo que dices de mí
se arquea hasta romperse en una alcantarilla.
Lo que dices de mí
me eriza en una lámpara.
Lo que dices de mí
me da masajes rápidos y suaves
en la fuente de un río.
Lo que dices de mí
te besa las axilas en el filo de un hacha.
Lo que dices de mí
acaricia tu pubis en una enredadera.
Lo que dices de mí
desoculta tu clítoris en un alto trapecio.
Lo que dices de mí
me gira y me retuerce en un vaso de vino.
Lo que dices de mí
me amorata en un puerto
asolado después de un maremoto.
Lo que dices de mí
olfatea mi semen dentro de un espejismo.
Lo que dices de mí
se pellizca la piel en un frutero.
Lo que dices de mí
pone un índice mío detrás y otro delante
en un viejo astrolabio.
Lo que dices de mí
pierde el conocimiento en un poema

VERGÜENZA - MAHFUD MASSÍS


Vergüenza de vivir.
Ser un pólipo
en esta oceanía de sangre, abandonado ya, sin armazón,
cuando sólo quisiera celebrar la pascua
del asesino,
porque no existe más salvación que la trémula ira,
ni más alfombra que el cadalso, ni otro hoyo que el mar.
No hay más gallo que este muerto que canta al lado mío.
¡Oh, qué modo de vivir
tocando a cada instante la cabeza de un niño podrido!

ME FALTA UNA PALABRA - ÁNGEL GONZÁLEZ


Me falta una palabra,
una palabra
sólo.
Un niño pide pan;
yo pido menos.
Una palabra dadme,
una sencilla
palabra que haga juego
con…
Qué torpes
mujeres sucias me interrumpen
con su lento
llorar…
Comprended: cualquiera de vosotros,
olvidada en sus bolsos,
en su cuerpo,
puede tener esa palabra.
Cruza más gente rota,
llegan miles
de muertos.
La necesito: ¿No veis
que sufro?
Casi la tenía ya y vino ese hombre
ceniciento.
Ahora…
¡Una vez más!
Así no puedo.

TU BOCA ES COMO... - OSCAR WILDE


"Tu boca es como
una cinta escarlata sobre una torre de marfil.
Como una granada cortada por un cuchillo de marfil.
Las granadas que florecen en los
jardines de Tiro y son más rojas que las rosas
no son tan rojas como tu boca. Tu boca
es más roja que los pies de los que
pisan el vino en los lagares. Es más roja
que los pies de las palomas que habitan
en los templos y son alimentadas por
los sacerdotes.
Tu boca es como una rama de coral
que han hallado unos pescadores
en el crepúsculo marítimo y que reservan
para los reyes. Tu boca es como el bermellón
que los moabitas encuentran en
las minas de Moab y que les es arrebatado
por los reyes. Tu boca es como
el arco del rey de los persas, pintado
de bermellón y con cuernos de coral.
Nada en el mundo es tan rojo como tu boca...
Déjame besar tu boca"

fragmento de Salomé (Traducción de Pere Gimferrer)

ESCÁNDALO PÚBLICO - MANUEL JOSÉ ARCE LEAL


Cuando una hormiga cae
ninguno se da cuenta.

Cuando yo estoy sufriendo hasta la médula
sólo yo lo averiguo.

Y se me antoja hoy-no sé por qué zodíaco-
que si sufro lo sepa todo el mundo.

Y que no es justo que padezca solo.

Y que alguna mujer debiera estar llorando
sobre mis metacarpios.
Al menos, ayudándome a llorar.

Me siento solidario con todo aquel que tiene
alguna torva pena, alguna neuralgia,
alguna madre agónica, alguna cárcel suya.

Y sólo pediría una brocha imponente
para llenar los muros de palabras soeces,
hasta que todos sepan
lo enfermamente triste
que un hombre puede estar de igual manera,
de igual simple manera
como caer una hormiga.

GEOMETRÍA DE LA MUJER - MARIANELA CORRIOLS


Soy mujer
Redonda como el Universo
Pirámide que desconoce sus secretos
Tringular en algunas partes
con hipotenusas perfectas
y calculables
por cualquiera de mis lados
Soy mujer
Cuadrada y terca cuando de vos se trata
Pentagonal cuando planeo
la más secreta de mis armas
Soy mujer-Lineal
la distancia más corta
entre tu todo y tu nada
Soy Mujer Punto
tal vez de tus referencias.

HERENCIA DEL FUEGO - ANDREA LUCA


Aprendo, desaprendo, me prendo
como la chispa sobre la paja.
Alumbro
y me extingo en la posibilidad de la vela.
Devoro y calcino
cuando el fuego es mi hambre,
también ilumino el íntimo rincón
de la alcoba. Soy llama
que a sí misma se nombra.
Llamada
y llamarada en un bosque bajo el trueno.
Soy rayo que ilumina y serpentea
con eléctrica convulsión en la noche
de la sangre. Y humo que se alzará
de mi sombra como un volcán durmiente
donde bailan las pavesas

OTRO - SANTIAGO AZAR


Otro, otro cigarrillo
para esta cruda noche de tumbas;
otro cigarrillo, para subir por el humo tembloroso.
La vida no tiene vuelta,
entre estas paredes que dijeron,
entre estos muebles que hablaron,
como tantos platos y su silencio.
La guitarra se me cae y cae,
y el mundial infierno reside en mi oscuridad.
El reloj me dice que no va el invierno y
que el olor a lágrima seca está conmigo.
Venga otro cigarrillo, otra copa,
pues quiero ir al río del olvido,
al caballo sudoroso de la derrota:
Ya me canso, ya me voy, ya me muero.

CIVILIZACIÓN - JAIME TORRES BODET


Un hombre muere en mí siempre que un hombre
muere en cualquier lugar, asesinado
por el miedo y la prisa de otros hombres.

Un hombre como yo; durante meses
en las entrañas de una madre oculto;
nacido, como yo,
entre esperanzas y entre lágrimas,
y -como yo- feliz de haber sufrido,
triste de haber gozado,
hecho de sangre y sal y tiempo y sueño.

Un hombre que anheló ser más que un hombre
y que, de pronto, un día comprendió
el valor que tendría la existencia
si todos cuantos viven
fuesen, en realidad, hombres enhiestos,
capaces de legar sin amargura
lo que todos dejamosa los próximos hombres:
El amor, las mujeres, los crepúsculos,
la luna, el mar, el sol, las sementeras,
el frío de la piña rebanada
sobre el plato de laca de un otoño,
el alba de unos ojos,
el litoral de una sonrisa
y, en todo lo que viene y lo que pasa,
el ansia de encontrar
la dimensión de una verdad completa.

Un hombre muere en mí siempre que en Asia,
o en la margen de un río
de África o de América,
o en el jardín de una ciudad de Europa,
una bala de hombre mata a un hombre.

Y su muerte deshace
todo lo que pensé haber levantado
en mí sobre sillares permanentes:
La confianza en mis héroes,
mi afición a callar bajo los pinos,
el orgullo que tuve de ser hombre
al oír -en Platón- morir a Sócrates,
y hasta el sabor del agua, y hasta el claro
júbilo de saber que dos y dos son cuatro...

Porque de nuevo todo es puesto en duda,
todo se interroga de nuevo
y deja mil preguntas sin respuesta
en la hora en que el hombre
penetra -a mano armada-
en la vida indefensa de otros hombres.
Súbitamente arteras,
las raíces del ser nos estrangulan.

Y nada está seguro de sí mismo
ni en la semilla en germen,ni en la aurora la alondra,
ni en la roca el diamante,
ni en la compacta oscuridad la estrella,
¡cuando hay hombres que amasan
el pan de su victoria
con el polvo sangriento de otros hombres!