“No te pares al lado de mi tumba y solloces. No estoy ahí, no duermo.  Soy un millar de vientos que soplan y sostienen las alas de los pájaros.  Soy el destello del diamante sobre la nieve.  Soy el reflejo de la luz sobre el grano maduro, soy la semilla y la lluvia benévola de otoño.  Cuando despiertas en la quietud de la mañana, soy la mariposa que viene a tu ventana.  Soy la suave brisa repentina que juega con tu pelo.  Soy las estrellas que brillan en la noche.  No te pares al lado de mi tumba y solloces. No estoy ahí, no he muerto."  Para ti Querida Cecilia, estarás en nuestros corazones por siempre.
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