sábado, 25 de diciembre de 2010

Asunción de Ti (Mario Benedetti - 1948-1950 )




                   1

              Quién hubiera creído que se hallaba
              sola en el aire, oculta,
              tu mirada.
              Quién hubiera creído esa terrible
              ocasión de nacer puesta al alcance
              de mi suerte y mis ojos,
              y que tú y yo iríamos, despojados
              de todo bien, de todo mal, de todo,
              a aherrojarnos en el mismo silencio,
              a inclinarnos sobre la misma fuente
              para vernos y vernos
              mutuamente espiados en el fondo,
              temblando desde el agua,
              descubriendo, pretendiendo alcanzar
              quién eras tú detrás de esa cortina,
              quién era yo detrás de mí.
              Y todavía no hemos visto nada.
              Espero que alguien venga, inexorable,
              siempre temo y espero,
              y acabe por nombrarnos en un signo,
              por situarnos en alguna estación
              por dejarnos allí como dos gritos
              de asombro.
              Pero nunca será. Tú no eres ésa,
              yo no soy ése. ésos, los que fuimos
              antes de ser nosotros.

              Eras sí pero ahora
              suenas un poco a mí.
              Era sí pero ahora
              vengo un poco de ti.
              No demasiado, solemente un toque,
              acaso un leve rasgo familiar,
              pero que fuerce a todos a abarcarnos
              a ti y a mí cuando nos piensen solos.

                   2

              Hemos llegado al crepúsculo neutro
              donde el día y la noche se funden y se igualan.
              Nadie podrá olvidar este descanso.
              Pasa sobre mis párpados el cielo fácil
              a dejarme los ojos vacíos de ciudad.
              No pienses ahora en el tiempo de agujas,
              en tiempo de pobres desesperaciones.
              Ahora sólo existe el anhelo desnudo,
              el sol que se desprende de sus nubes de llanto,
              tu rostro que se interna noche adentro
              hasta sólo ser voz y rumor de sonrisa.

                   3

              Puedes querer el alba
              cuando ames.
              Puedes
              venir a reclamarte como eras.
              He conservado intacto tu paisaje.
              Lo dejaré en tus manos
              cuando éstas lleguen, como siempre,
              anunciándote.
              Puedes
              venir a reclamarte como eras.
              Aunque ya no seas tú.
              Aunque mi voz te espere
              sola en su azar
              quemando
              y tu sueño sea eso y mucho más.
              Puedes amar el alba
              cuando quieras.
              Mi soledad ha aprendido a ostentarte.
              Esta noche, otra noche
              tú estarás
              y volverá a gemir el tiempo giratorio
              y los labios dirán
              esta paz ahora esta paz ahora.
              Ahora puedes venir a reclamarte,
              penetrar en tus sábanas de alegre angustia,
              reconocer tu tibio corazón sin excusas,
              los cuadros persuadidos,
              saberte aquí.
              Habrá para vivir cualquier huida
              y el momento de la espuma y el sol
              que aquí permanecieron.
              Habrá para aprender otra piedad
              y el momento del sueño y el amor
              que aquí permanecieron.
              Esta noche, otra noche
              tú estarás,
              tibia estarás al alcance de mis ojos,
              lejos ya de la ausencia que no nos pertenece.
              He conservado intacto tu paisaje.
              pero no sé hasta dónde está intacto sin ti,
              sin que tú le prometas horizontes de niebla,
              sin que tú le reclames su ventana de arena.
              Puedes querer el alba cuando ames.
              Debes venir a reclamarte como eras.
              Aunque ya no seas tú,
              aunque contigo traigas
              dolor y otros milagros.
              Aunque seas otro rostro
              de tu cielo hacia mí.

Quiero creer que estoy Volviendo (Mario Benedetti)


Vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo

hay tanto siempre que no llega nunca
tanta osadía tanta paz dispersa
tanta luz que era sombra y viceversa
y tanta vida trunca

vuelvo y pido perdón por la tardanza
se debe a que hice muchos borradores
me quedan dos o tres viejos rencores
y sólo una confianza

reparto mi experiencia a domicilio
y cada abrazo es una recompensa
pero me queda / y no siento vergüenza /
nostalgia del exilio

en qué momento consiguió la gente
abrir de nuevo lo que no se olvida
la madriguera linda que es la vida
culpable o inocente

vuelvo y se distribuyen mi jornada
las manos que recobro y las que dejo
vuelvo a tener un rostro en el espejo
y encuentro mi mirada

propios y ajenos vienen en mi ayuda
preguntan las preguntas que uno sueña
cruzo silbando por el santo y seña
y el puente de la duda

me fui menos mortal de lo que vengo
ustedes estuvieron / yo no estuve
por eso en este cielo hay una nube
y es todo lo que tengo

tira y afloja entre lo que se añora
y el fuego propio y la ceniza ajena
y el entusiasmo pobre y la condena
que no nos sirve ahora

vuelvo de buen talante y buena gana
se fueron las arrugas de mi ceño
por fin puedo creer en lo que sueño
estoy en mi ventana

nosotros mantuvimos nuestras voces
ustedes van curando sus heridas
empiezo a comprender las bienvenidas
mejor que los adioses

vuelvo con la esperanza abrumadora
y los fantasmas que llevé conmigo
y el arrabal de todos y el amigo
que estaba y no está ahora

todos estamos rotos pero enteros
diezmados por perdones y resabios
un poco más gastados y más sabios
más viejos y sinceros

vuelvo sin duelo y ha llovido tanto
en mi ausencia en mis calles en mi mundo
que me pierdo en los nombres y confundo
la lluvia con el llanto

vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo.

Quién sabe (Mario Benedetti)


¿Te importa mucho que Dios exista?
¿te importa que una nebulosa te dibuje el destino?
¿que tus oraciones carezcan de interlocutor?
¿que el gran hacedor pueda ser el gran injusto?
¿que los torturadores puedan ser hijos de Dios?
¿que haya que amar a Dios sobre todas las cosas
y no sobre todos los prójimos y prójimas?
¿Has pensado que amar al Dios intangible
suele producir un tangible sufrimiento
y que amar a un palpable cuerpo de muchaha
produce en cambio un placer casi infinito?
¿acaso creer en Dios te borra del humano placer?
¿habrá Dios sentido placer al crear a Eva?
¿habrá Adán sentido placer cuando inventó a Dios?
¿acaso Dios te ayuda cuando tu cuerpo sufre,
o no es ni siquiera una confiable anestesia?
¿te importa mucho que Dios exista? ¿o no?
¿su no existencia sería para tí una catástrofe
más terrible que la muerte pura y dura?
¿te importará si te enteras que Dios existe
pero está inmerso en el centro de la nada?
¿te importará que desde el centro de la nada
se ignore todo y en consecuencia nada cuente?
¿te importaría la presunción
de que si bien tú existes
Dios quién sabe?