viernes, 5 de noviembre de 2010

VISITA EN SUEÑOS A LA MONTAÑA MADRE DEL CIELO (Li-Po)

Los navegantes hablan de islas encantadas
perdidas entre la niebla y las olas,
pero los hombres de Yueh hablan de la Montaña Madre del Cielo
que se muestra a través de las grietas en las nubes que rielan.
La Madre del Cielo se remonta al firmamento, atraviesa el horizonte,
se proyecta sobre los Cinco Picos y la Fortaleza Escarlata,
mientras la Terraza del Cielo, a ciento sesenta mil metros de altura,
se tambalea hacia el Sudeste ante ella.
De este modo, anhelante en mis sueños por Wu y Yueh,
una noche volé sobre el Lago del Espejo, bajo la luna,
la luna derramó mi sombra sobre el agua
y viajó conmigo hasta el propio Yenshi.
El pabellón del señor Hsie aún permanecía
donde las aguas verdes se arremolinaban y el chillido de los monos era estridente.
Calzando los zapatos de Hsie, trepé por la oscura escalera de las nubes,
a medio camino vi surgir del océano el sol
y oí el canto del Gallo del Cielo.
Y mi senda se enroscó a través de mil despeñaderos.
Embriagado por las llores me recosté contra una roca
y de pronto todo estaba oscuro.
Resonaron gruñidos de osos y rezongos de dragones
entre las rocas y los arroyos.
La selva impenetrable me aterrorizó, huí de los acantilados amenazantes,
oscuras eran las nubes, pesadas de lluvia,
las aguas hirvientes se convirtieron en brumosos rocíos,
se encendían relámpagos, el trueno resonaba,
los picachos temblaban, los guijarros se rompían
y el umbral de piedra de una enorme caverna se abría en un bostezo.
Debajo de mí, un vacío insondable de azul,
el sol y la luna fulguraban sobre terrazas de plata y de oro;
con arcoiris por ropajes y vientos por corceles,
los amos de las nubes descendieron como anfitriones poderosos,
los fénixes rodeaban las carrozas, los tigres tocaban la cítara
mientras pasaban los inmortales fila tras fila.
Mi corazón estaba embargado por el miedo y el asombro
y despertando sobresaltado, grité
pues nada había allí, salvo mi estera y mi almohada:
el mundo de tinieblas y nubes había desaparecido.
Y así ocurre con los placeres de esta vida:
todo pasa, como el agua corre hacia el Este.
Te dejo, amigo, ¿cuándo volveré?
Iré a pastorear ciervos blancos entre los picachos verdes
y cabalgando visitaré montañas famosas en la leyenda.
¿Querrías que inclinase la cabeza ante príncipes poderosos
olvidando toda la alegría de mi corazón?

LUCHANDO AL SUR DE LA CIUDAD (Li-Po)

El año pasado luchamos en las puertas del sangkan;
este año, a lo largo de los lechos de los ríos en el Pamir,
hemos lavado nuestras espadas en la espuma de los mares partos
y apacentamos nuestros caballos entre las nieves de Tienshan.
Después de una campaña de diez mil líes
nuestros hombres están fatigados y envejecidos.
Batallar, masacrar, para los hunos es igual que sembrar:
huesos blancos son la única cosecha en estas arenas amarillas.
Donde la Casa de Chin construyó la Gran Muralla contra los nómades,
la Casa de Han conservó encendidos los fuegos del faro
y éstos arden aún:
parece que no hay fin para la lucha.
En el yermo los hombres se cortan en pedazos,
caballos sin jinete relinchan furiosamente hacia los cielos,
milanos y cuervos arrancan las entrañas humanas,
vuelan con ellas y las cuelgan
en las ramas de los árboles muertos.
La sangre de los soldados mancha la hierba y las zarzas.
¿Para qué sirve un jefe sin sus tropas?
La guerra es algo temible
y el príncipe juicioso recurre a ella sólo si debe hacerlo.

FELIZ ENCUENTRO (Li-Po)

El viento de la primavera nos embriaga
y sería feliz si los tres pájaros azules, mensajeros delcielo,
quisieran llevarte de cuando en cuando mis tiernos pensamientos.
Debes saber que el tiempo se va raudo,
nuestros negros cabellos muy pronto serán blancos.
Lamentamos la juventud perdida
¡pero ella no retorna nunca más!
¡Quiero decirte que te amo
y ojalá que tu amor responda al mío!
La vida humana se parece a la cera que escurre de los cirios,
cuando la cera se consume, la luz se extingue.
Las flores se abren más y más bellas en las ramas;
mientras la primavera avanza hacia su fin
ellas sólo piensan en las delicias del rocío y la lluvia,
¡no piensan nunca en su fin tan cercano!
Cuando mi alma se evadió de mi cuerpo rígido,
yo estaba triste al ver mi sepulcro en Tangtú.
La niebla matinal envolvía el bosque de pinos verdes
y allá lejos, la aldea se hundía entre la bruma.
Pero después de la muerte de mis hijos amados
ninguna atadura terrestre aprisionó mi alma.
Entonces suspiré largamente y subí al Kuen-Luen.
Siempre borracho de vino, me vestí con un traje parecido
a las plumas del fénix.
El monte es tan elevado que se pueden coger las estrellas a sus pies.

MIENTRAS BEBO, SOLO, A LA LUZ DE LA LUNA (Li-Po)

Un vaso de vino entre las flores:
bebo solo, sin amigo que me acompañe.
Levanto el vaso e invito a la luna:
con ella y con mi sombra seremos tres.
Pero la luna no acostumbra beber vino,
y mi perezosa sombra sólo sabe seguirme.
Festejemos, con mi amiga luna y mi sombra esclava,
mientras aún es primavera.
En las canciones que entono vibran rayos lunares;
en la danza que ensayo mi sombra se aferra y deshace.
Los tres juntos, antes de beber, holgábamos;
ahora, ebrios, cada cual va por su lado.
¡Regocijémonos muchas horas todavía,
en nuestro extraño festín inanimado,
para encontrarnos al fin en el Rio de las Nubes!

Rostros de vos (Mario Benedetti)

Tengo una soledad 
tan concurrida 
tan llena de nostalgias 
y de rostros de vos 
de adioses hace tiempo 
y besos bienvenidos 
de primeras de cambio 
y de último vagón. 

Tengo una soledad 
tan concurrida 
que puedo organizarla 
como una procesión 
por colores 
tamaños 
y promesas 
por época 
por tacto 
y por sabor. 

Sin temblor de más 
me abrazo a tus ausencias 
que asisten y me asisten 
con mi rostro de vos. 

Estoy lleno de sombras 
de noches y deseos 
de risas y de alguna 
maldición. 

Mis huéspedes concurren 
concurren como sueños 
con sus rencores nuevos 
su falta de candor 
yo les pongo una escoba 
tras la puerta 
porque quiero estar solo 
con mi rostro de vos. 

Pero el rostro de vos 
mira a otra parte 
con sus ojos de amor 
que ya no aman 
como víveres 
que buscan su hambre 
miran y miran 
y apagan mi jornada. 

Las paredes se van 
queda la noche 
las nostalgias se van 
no queda nada. 

Ya mi rostro de vos 
cierra los ojos 
y es una soledad 
tan desolada.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Jorge Luis Borges: Aprendiendo

Después de un tiempo, uno aprende 
la sutil diferencia entre sostener una
mano y encadenar un alma.

Y uno aprende que el amor no significa 
acostarse. Y que una compañía no 
significa seguridad, y uno empieza a 
aprender...
Que los besos no son contratos y los regalos 
no son promesas, y uno empieza
a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y 
los ojos abiertos, y uno aprende a construir 
todos sus caminos en el hoy, porque el terreno 
del mañana es demasiado inseguro para planes... 
y los futuros tienen su forma de caerse por la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que, 
si es demasiado, hasta el calor del Sol puede quemar.
Así que uno planta su propio jardín y decora 
su propia alma, en lugar de
esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar, 
que uno es realmente fuerte, que
uno realmente vale, y uno aprende y aprende ... 
y así cada día.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien, 
porque te ofrece un buen futuro, significa que 
tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que sólo quien 
es capaz de amarte con tus defectos
sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad.

Con el tiempo te das cuenta de que si 
estás con una persona sólo por
acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás 
no deseando volver a verla.

Con el tiempo aprendes que los verdaderos amigos
son contados y que quien no
lucha por ellos tarde o temprano se verá 
rodeado sólo de falsas amistades.

Con el tiempo aprendes que las palabras 
dichas en momentos de ira siguen
hiriendo durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar
 cualquiera lo hace, pero perdonar es
atributo sólo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes que si has herido
 a un amigo duramente, es muy
probable que la amistad jamás sea igual.

Con el tiempo te das cuenta que aun 
siendo feliz con tus amigos, lloras por
aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que 
cada experiencia vivida con cada persona
es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que 
humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano 
sufrirá multiplicadas las mismas humillaciones o
desprecios.

Con el tiempo aprendes a construir todos 
tus caminos en el hoy, porque el
sendero del mañana no existe.

Con el tiempo comprendes que apresurar 
las cosas y forzarlas a que pasen,
ocasiona que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en 
realidad lo mejor no era el futuro,
sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas
 feliz con los que están a tu lado,
añorarás a los que se marcharon.

Con el tiempo aprenderás a perdonar o pedir perdón,
decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, 
decir que quieres ser amigo, pues ante
una tumba ya no tiene sentido.

Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo...

LA PANTERA (Rainer)


Del deambular de las barras se ha cansado tanto
su mirada, que ya nada retiene.
Es como si hubiera mil barras
y detrás de mil barras ningún mundo hubiese.

El suave andar de pasos flexibles y fuertes,
que gira en el más pequeño círculo,
es como una danza de fuerza entorno un centro
en el que se yergue una gran voluntad dormida.

Sólo a veces se abre mudo el velo
de las pupilas. Entonces las penetra una imagen,
recorre la tensa quietud de sus miembros
y en el corazón su existencia acaba.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿QUE LES QUEDA A LOS JOVENES? (Mario Bendetti)

¿Qué les queda por probar a los jóvenes      
en este mundo de paciencia y asco?      
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?      
también les queda no decir amén      
no dejar que les maten el amor      
recuperar el habla y la utopía      
ser jóvenes sin prisa y con memoria      
situarse en una historia que es la suya      
no convertirse en viejos prematuros.

¿Qué les queda por probar a los jóvenes      
en este mundo de rutina y ruina?      
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?      
les queda respirar / abrir los ojos      
descubrir las raíces del horror      
inventar paz así sea a ponchazos      
entenderse con la naturaleza      
y con la lluvia y los relámpagos      
y con el sentimiento y con la muerte      
esa loca de atar y desatar.

¿Qué les queda por probar a los jóvenes      
en este mundo de consumo y humo?      
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?      
también les queda discutir con dios      
tanto si existe como si no existe      
tender manos que ayudan / abrir puertas      
entre el corazón propio y el ajeno /      
sobre todo les queda hacer futuro      
a pesar de los ruines de pasado      
y los sabios granujas del presente.   

En mi oficio o mi arte sombrío (Dylan Thomas)

En mi oficio o mi arte sombrío
ejercido en la noche silenciosa
cuando sólo la luna se enfurece
y los amantes yacen en el lecho
con todas sus tristezas en los brazos,
junto a la luz que canta yo trabajo
no por ambición ni por el pan
ni por ostentación ni por el tráfico de encantos
en escenarios de marfil,
sino por ese mínimo salario
de sus más escondidos corazones.

No para el hombre altivo
que se aparta de la luna colérica
escribo yo estas páginas de efímeras espumas,
ni para los muertos encumbrados
entre sus salmos y ruiseñores,
sino para los amantes, para sus brazos
que rodean las penas de los siglos,
que no pagan con salarios ni elogios
y no hacen caso alguno de mi oficio o mi arte.

No te salves (Mario Bendetti)

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo

Donde una vez las aguas de tu rostro...(Dylan Thomas)

Donde una vez las aguas de tu rostro
giraron impulsadas por mis hélices, sopla tu áspero fantasma,
los muertos alzan la mirada;
donde un día asomaron el pelo los tritones
a través de tu hielo, el viento áspero navega
por la sal, la raíz, las huevas de los peces.

Donde una vez tus verdes nudos hundieron su atadura
en el cordón de la marea, allí camina ahora
el vegetal destejedor,
con tijeras filosas, empuñando el cuchillo
para cortar los canales en su origen
y derribar los frutos empapados.
  
Invisibles, tus mareas medidoras del tiempo
irrumpen en las camas galantes de las algas;
el alga del amor se vuelve mustia;
allí en torno a tus piedras
sombras de niños van, que desde su vacío
lloran ante el mar colmado de delfines.

Secos como la tumba, tus coloreados párpados
no serán aherrojados mientras la magia se deslice
sabia sobre el cielo y la tierra;
habrá corales en tus lechos,
habrá serpientes en tus mareas,
hasta que mueran todos nuestros juramentos del mar.