sábado, 25 de diciembre de 2010

Parpadeo (Mario Benedetti)


Esa pared me inhibe lentamente 
piedra a piedra me agravia
ya que no tengo tiempo de bajar hasta el mar 
y escuchar su siniestra horadante alegría
 
ya que no tengo tiempo de acumular nostalgias
 
debajo de aquel pino perforador del cielo
 
ya que no tengo tiempo de dar la cara al viento
 
y oxigenar de veras el alma y los pulmones
voy a cerrar los ojos y tapiar los oídos 
y verter otro mar sobre mis redes
 
y enderezar un pino imaginario
 
y desatar un viento que me arrastre
 
lejos de las intrigas y las máquinas
 
lejos de los horarios ylos pelmas
pero puertas adentro es un fracaso 
este mar que me invento no me moja
 
no tiene aroma el árbol que levanto
 
y mi huracán suplente ni siquiera
 
sirve para barrer mis odios secos.
 
 


Ovnis (Mario Benedetti)


     Dice mi amigo bud que los ovnis no vienen 
     de marte ni de la urss ni de cabo cañaberal
 
     sencillamente llegan de un remotísimo futuro
 
     con la peregrina intención de investigar
 
     cómo fue que los terrestres empezamos a jodernos
 
     es decir cuál fue el origen de la gran hecatombe
 
     que para ellos por supuesto es hisroria
 
     y en cambio para nosotros pecadores
 
     una mera y sombria posibilidad
     en el caso de que bud tenga razón 
     los osados ovnímodos serían
 
     una suerte de arqueólogos ideológicos
 
     algo así como choznos de levi strauss
 
     perdidos en alguna galaxia de reposo
     no estaría de más intentar presuadirlos 
     de que han confundido la ecuación y la ruta
 
     y que en consecuencia aún nos pertenece
 
     la empalagosa opción de no estallar
 
     y así mientras ellos computan y computan
 
     su eletrónica / gaseosa / ultramundana
 
     fe de erratas
 
     nosotros persignémosnos
 
     o respiremos hondo
 
     o bajemos al refugio más proximo
 

Otro cielo (Mario Benedetti)


No existe esponja para lavar el cielo 
pero aunque pudieras enjabonarlo 
y luego echarle baldes y baldes de mar 
y colgarlo al sol para que se seque 
siempre faltaría el pájaro en silencio
no existen métodos para tocar el cielo 
pero aunque te estiraras como una palma 
y lograras rozarlo en tus delirios 
y supieras al fin como es al tacto 
siempre te faltaría la nube de algodón
no existe un puente para cruzar el cielo 
pero aunque consiguieras llegar a la otra orilla 
a fuerza de memoria y pronósticos 
y comprobaras que no es tan dificil 
siempre te faltaría el pino del crepusculo
eso es por que se trata de un cielo que no es tuyo 
aunque sea impetuoso y desgarrado 
en cambio cuando llegue al que te pertenece 
no lo querrás lavar ni tocar ni cruzar 
pero estarán el pájaro y la nube y el pino. 

Oda a la pacificación (Mario Benedetti)

No sé hasta donde ir no sé. 
Los pacificadores con su ruido metálico de paz 
Pero hay ciertos corredores de seguro 
que ya colocan póliza contra la pacificación 
Y hay, quienes reclaman la pena del garrote 
para los que no quieren ser pacificados 
Cuando los pacificadores apuntan, por supuesto tiran a pacificar 
Y a veces, hasta pacifican dos pájaros de un tiro 
Es claro que siempre hay algún necio 
que se niega a ser pacificado por la espalda 
O algún idiota que resiste la pacificación 
a fuego lento 
En realidad, somos un país tan peculiar 
que quien pacifique a los pacificadores 
un buen pacificador será.

No te salves (Mario Benedetti)


No te quedes inmóvil 
al borde del camino 
no congeles el júbilo 
no quieras con desgana 
no te salves ahora 
ni nunca 
no te salves 
no te llenes de calma
no reserves del mundo 
sólo un rincón tranquilo 
no dejes caer los párpados 
pesados como juicios
no te quedes sin labios 
no te duermas sin sueño 
no te pienses sin sangre 
no te juzgues sin tiempo
pero si 
pese a todo 
no puedes evitarlo 
y congelas el júbilo 
y quieres con desgana
y te salvas ahora 
y te llenas de calma 
y reservas del mundo 
sólo un rincón tranquilo 
y dejas caer los párpados 
pesados como juicios 
y te secas sin labios 
y te duermes sin sueño 
y te piensas sin sangre 
y te juzgas sin tiempo 
y te quedas inmóvil 
al borde del camino 
y te salvas 
entonces 
no te quedes conmigo 
 


Nostalgia (Mario Benedetti)

¿De qué se nutre la nostalgia? 
Uno evoca dulzuras 
cielos atormentados 
tormentas celestiales 
escándalos sin ruido 
paciencias estiradas 
árboles en el viento 
oprobios prescindibles 
bellezas del mercado 
cánticos y alborotos 
lloviznas como pena 
escopetas de sueño 
perdones bien ganados 
pero con esos mínimos 
no se arma la nostalgia 
son meros simulacros 
la válida la única 
nostalgia es de tu piel.