Me levanté y fui hacia el jodido cuarto de baño. Odiaba mirarme en aquel espejo pero lo hice. Vi depresión y derrota. Unas bolsas oscuras debajo de mis ojos. Ojitos cobardes, los ojos de un roedor atrapado por un jodido gato. Tenía la carne floja, parecía como si le disgustara ser parte de mí.
"Las circunstancias, amigo. Las circunstancias pueden hacernos mejores o peores personas, incluso pueden hacernos fuertes o más débiles. Pueden matarnos; pues nos hacen tomar decisiones, buenas o malas sin importar qué. Las circunstancias nos hacer escapar o quedarnos en el mismo callejón, no depende de nadie, ni de nada, ni del destino siquiera; las circunstancias sólo pasan, y cuando pasa, ya no hay nada que mirar atrás”. Fue lo último que escribió en su diario. Y cuánta razón tenía…
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