Confieso que no me seduce el ideal de vida que defienden aquellos que piensan que el estado normal de los seres humanos es luchar por estar adelante, y que el PISOTEAR, el empujar, el abrirse camino a codazos y el pisarse los talones, que constituye el tipo actual de vida social, sean el destino más deseable para el género humano, no siendo otra cosa que los síntomas desagradables de una de las fases del progreso industrial...Más conveniente, a decir verdad, es que en tanto que la riqueza sea poder y hacerse lo más rico posible el objeto universal de la ambición, el camino para obtenerla debe estar abierto para todos, sin favoritismo ni parcialidad. Pero el mejor estado para la naturaleza humana es aquel en que, en tanto nade es pobre, nadie desea ser más rico ni tienen motivo alguno para temer que lo desplacen los esfuerzos de otros por ponerse a la delantera.
E. Fromm -La revolución de la Esperanza.
E. Fromm -La revolución de la Esperanza.
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