Mujer, yo hubiera sido tu hijo, para beberte La leche de los senos como de un manantial, Por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte En la risa de oro y la voz de cristal. Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos Y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal, Porque tu ser posara sin pena al lado mío, Y saliera en la estrofa limpio de todo mal. Como sabría amarte, mujer, como sabría Amarte, amarte como nadie supo jamás. Morir y todavía amarte más y más Y todavía amarte mas y mas
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